Una tarde que era relajante, la ciudad estaba sumida en un silencio relativo, Ame se encontraba reflexionando sobre su adolescencia. Se sentó en el rincón favorito de su hogar, rodeada por la suave luz de una lámpara de lectura. Sus pensamientos se volcaron hacia aquellos años que quedaron atrás pero que seguían influyendo en su presente.
La joven se recostaba más en el sillón soltando un suspiro para cerrar los ojos, los recuerdos sobre su aventura, pensativa haciendo un breve ejercicio que le habían recomendado dejando que la mente pensara lo que fuera por solo diez minutos. Pensó en las lecciones aprendidas en los momentos difíciles y cómo esos obstáculos se convirtieron en escalones hacia la madurez.
Recordó las risas compartidas con amigos en largas noches de verano, las inseguridades que una vez parecían abrumadoras y las primeras experiencias que la llevaron a descubrir quién era. Cerró los ojos, permitiendo revivir momentos que aún resonaban en su memoria.
— Saldré un rato Mami...— aviso al levantarse determinada tomó su bolso de mano para salir.
— Avísame a que hora regresas y también si hay jabón en la tienda que aqui se acabo— le respondió la madre que tomaba la bolsa de jabón vacía para reír un poco.
— Claro, regreso a las nueve y comprare jabón — abrió la puerta y caminó sin rumbo alguno.
— Si puedes también me traes algo para cenar — ya no la escucho.
Era una fría tarde, la chica caminaba por las calles pensativa, ahora era un adulta que necesitaba un trabajo para empezar a ser independiente, muchas cosas pasaron en estos años de su adolescencia, se graduó en la licenciatura de diseño gráfico
— Me callo mal el desayuno — escucho a una persona hablar en el fondo "¿Qué tan malo debió haber sido su desayuno?" cuestiono mentalmente la joven sonriendo sobre la situación de una pareja de enamorados.
— ¡Córrele, que te alcanzo!— gritó la chica y el novio salió corriendo.
Llegó a un parque que estaba rodeado de pequeños niños por todos lados, viendo a cada uno de ellos donde recordó sus propias amistades que forjó en la escuela primaria, las pequeñas victorias y desafíos que enfrentó, haciéndola fuerte por todo lo que pasó en la vida.
— Te reto a un duelo de cartas de los estudiantes de la escuela — un pequeño niño asmático le preguntó a su amigo.
— ¡¿A si?! — dijo el otro que parecía más un adulto con barba y cabello de fideos que fumaba.
— Convocó al que siempre da chicles con cincuenta mil de poder y un ataque oculto llamado, "Que fresco" — expresó emocionado el "niño".
Se pelearon diciendo cosas sin mucho sentido a lo que observándolos bailar una canción de moda rio al verlos para seguir adelante Ame llegó a sentir la nostalgia sobre de ella de pequeña, al mismo tiempo, celebrar la mujer en la que se había convertido. A pesar de que le moleste que la llamen señora, tan solo tiene 24 años.
— ¡Nooo! — se quejo el carita de budin.
Mirando a los infantes, noto que detrás había una nueva pastelería, que tenía un nombre curioso se llamaba Gardenia, enfocándose más en las plantas, frutos y artículos de una boutique de plantas, intrigada por este local camino a través del parque para llegar a ella.
Alzó las cejas al ver el local tan decorado, una gran inversión le colocaron a este establecimiento un sendero de arena que cruza por una zona de pasto, frente a esto seguiría un mostrador que estaba llena de hierbas que cubren el marco de este, seguido de macetas y las mesas para comer.
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Pasacartas
RomanceUn simple correo significa mucho, en la época de falta de tecnología lo mejor era pasarse cartas para no perder la comunicación entre los seres queridos, pero si algo salía mal no había remedio, quizás ese sentimiento pueda ser diferente con el pasa...