Hazlo, vida mía, acá estará tú príncipe azul cuidándote de todo mal. — Susurro en su oído, nuevamente cayó dormida la menor.—
Luego de varias horas de descanso y cuidado hacia la castaña, está despertó al rededor de las 6:30 a.m, no se preocupó por la hora pues era un sábado. Sonrió levemente al ver a su maestra aferrada a su cuerpo durmiendo placenteramente, acaricio con suavidad los mechones de su mayor.
— Su maestra despertó, con una gran sonrisa vio por primera vez en el día a su pequeña alumna, dejó un suave beso en su frente.— Buenos días, mi Nini ¿Dormiste bien?
La menor asintió, se aferro nuevamente a la anatomía de su maestra, se sentó en su regazo para luego cerrar sus ojos y unir en un beso muy necesitado los labios de la pelinegra, sus labios se movían en un pequeño compás. Las manos de su tutora se dirigieron a la diminuta cintura de la morena, misma que se acarició con mucho cuidado, como sí de una frágil muñeca de porcelana se tratasé.
Aquel beso fue subiendo de tono a uno más desesperado y apasionado, las manos de la castaña corrieron al cuello de la mayor para acercarla con necesidad hacia su boca, Jennie adoraba el tacto de su hermosa maestra, la cuál atrapó en su mente, cada día la pensaba más y más, los sentimientos que sentía por aquella mujer de tan solo 5 años mayor la volvía completamente loca, estaba a punto de delirar por aquellas caricias.
Las caderas de la morena tomaron vida propia, chocando su intimidad contra la pelvis de la adversa, pequeños sonidos de placer escaparon de aquella boca.
– Mmh.. ¿Mí nena amaneció con ganas? — Cuestionó en un tono burlesco la mayor, se decidió por bajar aquellas mantas que cubrían los pechos de su hermosa chica, llevo su mano a estos, los apretó y amasó a su gusto.
– Lisa, hazme tuya, por favor. — Mencionó casi suplicando la menor, estaba muy decidida de qué quería entregarle su cuerpo a la mujer de su vida.
La mayor no perdió el tiempo, su corazón latía como loco; ¿Acaso esto era un sueño? Fué lo qué pensó al escuchar a la pequeña chica que tenía ahora sobre sus piernas, sí era un sueño lo aprovecharía al cien por ciento. Elevó un poco las caderas de la castaña para retirar el short que le había prestado la noche anterior, sus manos vagaron al trasero de la adversa, lo apretó y manoseo a cómo se le dio la gana, ya podía sentir la humedad de aquella chica, bajó sus besos hacia el cuello de la adversa, lo marcó y succionó justo como le gustaba a la morena.
– M-mmhg, cariño.. — Salió un gemido de la boca de la morena, el primer gemido del momento. Sus caderas se movieron con desesperación en busca de contacto en su intimidad, la mayor entendió el mensaje y llevo dos de sus dedos que jugaron con el centro ahora en llamas de la morena, estaba tan mojada y solo la estaba besando. Acostó con cuidado a la chica sobre la cama, abrió sus piernas para luego bajar con lentitud las bragas de la mejor, dejó besos húmedos por los muslos de esta, varias marcas ya se empezaban a notar por el lugar, miro fascinada aquel centro ahora brillante por la humedad que la menor botaba, su dedo medio y anular entraron con lentitud a la vulva de la menor, un fuerte gemido fue la respuesta, llevo su boca al pequeño botoncito de placer de la castaña, lo succionó y mordisqueo con mucho gusto, empezó a mover sus dedos con lentitud, tocando cada pared de la chica, adentro más sus dedos, su lengua pasaba por sus pliegues y de vez en cuando por su entrada.
Llevó su mano libre a uno de los pechos de la chica, los apretó y pellizcó su pezón, sus dedos subieron de velocidad ahora follandose el coño de su alumna con agresividad y deseo, quería probar aquel dulce sabor una vez más, su boca se apuró y empezó a moverse con desesperación sobre el chorrero que tenía la adversa, sonrió al escucharla gemir con desesperación, metió un poco más sus dedos llegando al punto g de la chica, este fue la gota que derramó el vaso, o más bien, las gotas que empezó a derramar Jennie, se corrió con fuerzas sin avisar sobre la boca de su maestra, esta recibió muy satisfecha aquellos fluidos.
– ¿Estás lista para más? — Dijo la pelinegra mientras llevaba su mano hacía su miembro, la menor la vio con asombro, no sabía que su maestra llevaba eso entre las piernas.
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HOLIII, vieron, actualice 'rapido' JAJAJAJA, espero les guste este capitulo un poquito más distinto a los demás, por favor ayúdenme compartiendo y recomendando, sin nada más que decir.
byeeeeee. 🌷