La noche caía, pero el calor no dejaba de darnos su calidez, era una tarde de verano común para muchos. Yo había huído como una cobarde, quizá al lugar menos indicado, pero había pasado la mayor parte de mi juventud en Italia, siempre acababa aquí de alguna manera u otra. Ocultarse en las costas del mediterráneo en época turística fue una de las ideas más inteligentes y la vez estúpidas que tuve hasta el día de hoy, pero siempre jamás me arrepentí, porque a pesar del caos que causé en mi vida, pude coincidir con ella.
Era tarde, pero había pedido que el restaurante cerrara más tarde de lo habitual porque ella no parecía tener intenciones de irse pronto, después de todo el negocio y el hotel eran míos. Ella no notó mi presencia, creo que la de nadie en el lugar. Yo ya iba por mi segunda copa de vino y ella seguía perdida en su portátil, parecía frustrada, pasaba ambas manos por su cabello y volvía a escribir. No me iba a acercar así sin más, pero tampoco sabía muy bien cómo hacerlo, las pocas veces que había sentido algún tipo de atracción por alguien, lo guardé bajo llave, pero por algún motivo, esta vez tenía ganas de actuar.
Me la topé un par de veces por el hotel, no llevaba mucho tiempo aquí y sonará enfermizo, pero desde la primera vez que la ví me quedé con más ganas de ella. Se hospedaba en el segundo piso, estaba sola y tenía una reservación por casi dos semanas; ya llevaba una y todavía quedaba una más. No tenía muchos días para acercarme a ella, tampoco quería perder el tiempo y dejarla ir como si nada.
Llamé al mesero, él prácticamente corrió hacia mí siendo empujado por sus compañeros, parecía un tanto nervioso, pero ya estaba a acostumbrada a que la gente se comportara así ante mi presencia. Le pedí que le llevara un postre a la mujer que estaba a un par de mesas de la mía. Era fácil de reconocer porque el resto ya se estaba retirando del lugar.
Pedí lo más común y la especialidad de la casa y la zona; un buen tiramisú para despejar un poco su mente. Noté la confusión en sus ojos cuando le acercaron el plato, parecía muy desconcertada, pero terminó cediendo y agradeciendo al joven, que la única información que dió fue: "de parte de la Jefa". Ella miró hacia ambos lados, nuevamente sin notarme porque estaba casi a oscuras y rodeada de los hombres que trabajaban para mí.
Sonreí como una idiota cuando detuvo toda acción, prestándole atención al postre. Mis empleados me estaban mirando y caí en cuenta tarde, así que me acomodé en mi asiento, cruzándome de brazos y aclarando mi garganta. No era una faceta que mostraba a diario, pero tampoco quería que me vieran de esta forma.
ㅡ No les pago para que me miren como zopencos. ㅡ Les dije y ellos bajaron la mirada y luego inspeccionaron el área y allí fue cuando volví al papel de frívola y arpía. Me di cuenta que este pequeño juego en el que me estaba involucrando me sacaba de lugar, creí que esto no era para mí. Quizá estaba actuando impulsivamente sin pensar. ㅡ ¿Saben qué? Nos vamos.
Me levanté de mi mesa, ellos me siguieron y fui a la terraza del lugar para admirar la playa de noche, me gustaba estar aquí, pero no las razones por las cual estaba aquí. Saqué un cigarro de mi bolsillo y lo encendí, contemplando las tranquilas olas.
ㅡ ¿Pueden perderse un poco? Me incomoda que estén tan cerca. ㅡ Pedí un poco molesta, ellos asintieron y los perdí de vista aunque sabía que estaban escondidos por allí. Hasta que escuché unos pasos en cuanto me di la vuelta, suspiré. ㅡ ¿No entienden una orden? Creo que fui bastante clara con lo que pe-
En cuanto me di la vuelta nuevamente, ella estaba parada delante de mí, viéndome directo a los ojos un poco confundida por mi reacción, parecía querer irse.
ㅡ Lo siento, no me refería a ti. ㅡ Actué lo más relajada posible, aún con el cigarrillo en mis labios. En un rápido movimiento lo tomé entre mis dedos, deshaciéndome de las cenizas en el balcón. Ella parecía estar helada también. ㅡ No es contigo, ni siquiera te conozco.
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𝐓𝐑𝐔𝐒𝐓 𝐌𝐄
FanfictionIrene & SeulGi Donde JooHyun, una mafiosa muy poderosa, se enamora perdidamente a tal punto que vuelve a confiar con los ojos cerrados en una persona: Kang SeulGi, una fotógrafa que ha tenido bastantes decepciones en el camino. # Drama lésbico. Cont...