Eternal Bonds/KTH

04

La aurora esparcía su pálido manto sobre la Ciudad de los Cubos mientras Taehyung y yo, junto a los demás supervivientes, nos reuníamos una vez más en la plaza central. Los primeros rayos del sol se reflejaban en las superficies de los cubos, que parecían despertar con la luz del nuevo día.

— ¿Crees qué podamos descubrir algo más de estos cubos? — dijo Taehyung, su voz cargada de una mezcla de esperanza y ansiedad.

Asentí con una determinación que parecía darles coraje a los demás.

Seokjin se adelantó, sus ojos recorriendo el laberinto de cubos que se extendía ante ellos.

— Los patrones que hemos observado podrían ser parte de un sistema de comunicación más amplio, uno que se extiende más allá de nuestra propia historia — sugirió.

— Las constelaciones y los cubos... hay una sincronía entre ellos. No es casualidad, es diseño — afirmó Kang, otro superviviente.

El grupo se dividió en equipos, cada uno con una tarea específica. Unos se centrarían en descifrar las inscripciones de los cubos, otros en observar sus movimientos y posibles cambios a lo largo del día.

Nosotros nos dirigimos al cubo que habíamos encontrado en el sótano, el cual parecía ser la clave para desentrañar el misterio.

— Son como cápsulas del tiempo, preservando cada momento que nos acompaña— menciona Taehyung.

— Creo que nos dicen algo — gesté

Cada uno de ellos es un libro esperando ser leído.

Un zumbido suave comenzó a llenar el aire, una vibración un poco extraña.

— ¿Lo sientes? — preguntó Hyejin, una de las supervivientes, su mano temblorosa,mientras señalaba hacia el cubo más cercano.

— Es como una música... — dijo Kang, su voz apenas un susurro.

El grupo se reunió alrededor del cubo, y como si respondiera a su presencia, el zumbido se intensificó, transformándose en una melodía compleja.

— Están activos — dijo Seokjin, su rostro iluminado por la emoción —. Algo está sucediendo.

Taehyung sacó su libreta, intentando anotar la secuencia de tonos, mientras yo me abstenía  observando las inscripciones, que parecían cobrar vida bajo la luz del día.

— ¿Y si estos tonos son parte del código? — propuso Taehyung, su mente trabajando frenéticamente para conectar los sonidos con las inscripciones.

— Podrían ser instrucciones, o tal vez un mensaje — gesté y auto seguido seguí atendiendo.

Con el crepúsculo tiñendo el cielo de tonos ardientes, el grupo se reunió una vez más, compartiendo sus descubrimientos. Las inscripciones, los patrones, la música; todo estaba conectado en una sinfonía de conocimiento y tiempo.

— Pronto  veremos este lugar con nuevos ojos — dijo Taehyung, su voz cargada de una esperanza renovada.

— Y con cada nuevo día, estaremos un paso más cerca de entender...

Decidimos mantener una vigilia como grupo, turnandonos para observar los cubos y registrar cualquier cambio. La noche se convirtió en un lienzo de observación y reflexión, donde cada destello de luz y cada variación en la sinfonía era un hilo más de su creciente comprensión.

— No estamos aquí por casualidad — dijo Taehyung— esto me harta un poco sabes..

— Lo sé... — afirmé con una expresión de incomodidad ante la situación que nos estaba chocando en estos días.

— Es como si cada amanecer trajera un nuevo capítulo de una historia que aún se está escribiendo — dijo Hyejin, su voz suave.

[...]

Luego de un tiempo pasamos por la casa en ruinas, guiados por una mezcla de curiosidad y un anhelo inexplicable.

— Aquí hay algo más que simples escombros — dijo Taehyung, sus pasos resonando en el silencio de la abandonada construcción.

— Siento que cada objeto aquí tiene una historia que contar — gesté teniendo mi atención captada por la capa de polvo que parecía proteger los recuerdos del lugar.

Mientras explorabamos la casa, muestras manos tropezaron con los restos de lo que parecía ser un álbum de fotos. Las páginas, amarillentas por el tiempo, albergaban imágenes que hablaban de la familiaridad y lo desconocido.

— Estas personas... — comenzó Taehyung—....me resultan extrañamente familiares.