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CAPÍTULO DOS:reparar

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CAPÍTULO DOS:
reparar

Los pensamientos, a menudo, pueden ser tanto beneficiosos como maliciosos para el alma. Me encuentro atrapada en un torbellino de emociones y conflictos internos, incapaz de escapar de la tormenta que azota mi mente.

Es entonces que me pregunto, ¿cómo he llegado hasta aquí, escondiendo una pequeña nota en el bolso de mi compañera de clase, y encima, novia de mi ex-mejor amigo?

Las palabras que escribí con temblor en mis manos ahora me atormentan, recordándome la oscuridad que acecha en las profundidades de mi corazón. Mi fe me enseñó a amar y perdonar, pero mis acciones me han llevado por un camino de traición y engaño.

Llegué a mi casa, incapaz de ver a mi hermana y primo a los ojos, mucho menos a mi padre. Sentía que era un fracaso, una decepción para la familia, como si este no fuera mi lugar. Soy una intrusa remplazando la identidad de Hinata, una chica bondadosa, amable, incapaz de realizar tales actos perversos.

Mi mente se sumerge en un mar de culpa y confusión, mientras lucho por reconciliar mis deseos prohibidos con los mandamientos que he jurado seguir. Sakura representa todo lo que mi fe condena. Y sin embargo, no puedo evitar sentirme atraída hacia ella, como polilla a la luz.

Estoy perdida en un laberinto de emociones prohibidas, donde la voz de la razón lucha por sobreponerse al susurro seductor del pecado. Mi corazón se debate entre el amor y la lealtad, entre la fe y la tentación.

¿Cómo puedo reparar el daño que he causado, cuando ni siquiera puedo reparar en mis propios errores hasta que es demasiado tarde para hacerlo?

La noche se cierne sobre mí, envolviéndome en su manto oscuro mientras reflexiono sobre mi destino incierto. No he comido, no he bebido, ni siquiera pude pronunciar palabra. Me hundí en la ansiedad y nervios que esta situación me ha generado y me olvidé el tiempo.

— Padre, pido que entiendas mis lamentos aunque no lo merezco. Te suplico me ilumines el camino para no perder tu mano.

Rezo por la fuerza para enfrentar las consecuencias de mis acciones, y por la sabiduría para encontrar la redención en medio de la oscuridad. Pero incluso mientras imploro al cielo por perdón, sé que el verdadero desafío radica en perdonarme a mí misma y enmendar el daño que he causado.

Debo pensar en quién soy, qué quiero, y a dónde voy, y quizás, con quién voy.

Debo pensar en quién soy, qué quiero, y a dónde voy, y quizás, con quién voy

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⏰ Última actualización: Mar 11 ⏰

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