✧⁠*Me estoy ahogado aquí, hermano✧⁠*⁠。

Capitulo uno

Ferdinand es un pan de dios y todo el mundo lo sabe, todos menos el mismo Ferdinand. Es la luz que ilumina la oscuridad que todos conocemos como la vida misma. Pero dicha luz es muy llamativa incluso para el parásito más indeseable, esas fueron las palabras de Huesos cuando miro por primera vez a su hermano con la desagradable compañía de Valentino.

Desde el primer día de clases el castaño se pegó a su hermano como una garrapata de caballo.

Huesos muchas veces ha transmitido su preocupación con Ferdinand, no le agrada ver a Ferdinand junto al chico de mierda que se encargó de arruinar los primeros años de su adolescencia.

El azabache es demasiado amable y gentil para su propio bien.
Ferdinand se giro y lo miro con una radiante sonrisa, aquella sonrisa que provoca mariposas en el estómago de todos.

-Agradezco tu preocupación por mi pero ya te explique muchas veces que Valentino y yo arreglamos nuestras diferencias. Ahora somos muy buenos amigos

Daniel entiende que Ferdinand no es alguien que guarde rencor y es capaz de perdonar a la peor escoria del planeta, si eso conlleva lograr la paz mental consigo mismo y su alma, cosas sentimentales que Huesos no entiende.

Ferdinand salió corriendo de la casa con el pretexto de que iba tarde al trabajo y Huesos no insistió más con el tema, ambos son adultos y conoce que su hermano es lo suficientemente maduro e inteligente para tomar sus propias decisiones, por muy en desacuerdo que este Huesos con esas decisiones. Prometió ayudarlo en la florería después de terminar su tarea.

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Las cosas cambiaron de forma drástica cuando Huesos encontró a Ferdiand y Valentino revolcándose entre besos y caricias en la cama de su hermano mayor. Huesos perdió los estribos y se lanzó a golpes contra el castaño, pero en ese mismo instante sintió dos enormes brazos rodearlo y fue levantado de la cama.

Ferdinand lo abandonó en el sillón de la esquina y después fue a disculparse con Valentino. El castaño tenía un par de golpes en el rostro y un bonito hematoma pintando su ojo derecho. Huesos sonrió con satisfacción con la hermosa imagen. Su sonrisa se esfumó cuando la gigante sombra de Ferdinand opaco su línea de visión.

-Huesos puedes acompañarme a la cocina por favor

Huesos iba a rechazar la orden de Ferdinand pero el azabache frunció más el ceño y lo jalo del brazo. Por supuesto Ferdinand está conteniendo su fuerza porque no desea lastimar a su hermano menor, siempre tan empático con todos, dependiendo de la situación.

-Daniel, entiendo tu molestia por lo que viste haya arriba pero tú sabes que esas no son formas de arreglar las cosas

Daniel detesta cuando Ferdinand activa ese chip de madre sobreprotectora, después de hacer una rabieta y portarse como un niño malcriado 

-¡Pues parece que no lo entiendes!, ¡Estás saliendo con el hijo de puta que te arruinó la vida!- En un ataque de irá Huesos golpeó la mesa, derramando la taza de manzanilla que Ferdinand le había preparado

Recuerda aquellos días cuando su padre tenía que salir por días de casa y quedaban al cuidado de una niñera, una adolescente que detestaba su trabajo pero cuidaría a un par de críos con tal de ganar un puñado de billetes para su dosis de coca. Esos días oscuros cuando Ferdinand regresaba a casa con pellizcos en los brazos o un doloroso golpe en el rostro, la marca de presentación de Valentino y su detestable hermano menor.

Recuerda las frías noches cuando Hesos escuchaba los suaves sollozos de su hermano atraves de las paredes que separaban su habitación con la de Ferdinand. La impotencia de ser tan pequeño y frágil como un cisne de cristal y no poder ayudar a su hermano mayor, las ganas de romperle la nariz al matón de su clase y protegerlo de todo mal se esfumaban cuando recordaba su condición.

Pero ahora Huesos iba al gimnasio todos los días y seguía al pie de la letra las instrucciones de su pediatra. Ahora era un niño grande y fuerte, al fin podía proteger a su hermano mayor.
Este no es el resultado que esperaba, la postura rígida y la mirada de decepción impregnada en el rostro de Ferdinand, esa mirada que antes irradiaba orgullo y felicidad.

-Valentino ha cambiado Huesos. Las cosas ya no son como antes

-¡¿Cómo lo sabes?! ¡¿Que te asegura que ese bastardo no te apuñalara en la espalda?!

-Valentino ya no es el de antes, quiso cambiar y decidió buscar ayuda profesional para mejorar como persona. Te prometo que nada malo me pasará con el

Huesos suelta una risa cínica, visiblemente divertido con la mentalidad ingenua y tonta de su hermano

-¿Enserio crees esa mierda de la rehabilitación?. Ferdinand las personas no cambian, se adaptan al momento y te enseñan lo que tú quieres ver y no lo que son en realidad. Tu no puedes verlo porque te niegas a salir de tu burbuja mágica y quieres ver todo de color rosa

-No importa lo que diga tu no me harás caso, porque sigues estancado en el pasado y te niegas a escucharme

Ferdinand lo paso de largo, diciendo de manera indirecta que la conversación había terminado por hoy. En la ausencia de Ferdinand, Daniel respiro hondo y trato de aclarar las cosas en su cabeza.

No tenía sentido nada, ¿Porque Ferdinand estaba saliendo con Valentino después de conocer su pasado? ¿Acaso será verdad que Valentino cambio y Huesos estaba siendo el dramático? ¿Hay algo que esos dos le estén ocultando? Huesos no lo sabe pero las ganas de fumarse un cigarro lo golpeaban con intensidad.

Sin dar aviso alguno tomo las llaves del auto de Ferdinand con intenciones de escaparse un momento. En sus planes estaba buscar asilo en la casa de un amigo y olvidar este amargo momento con alcohol, tabaco y muchas partidas de call of duty.

Hola mis amados seguidores como podrán ver regrese con el hermoso shipp Ferdinante y Guesos, algunos de usted me han hecho saber que les gustaban mis fanfics (ustedes saben que dejo de escribir para un fandom cuando no recibo mucho apoyo de mis fanfics) . Lo siento si no es muy bueno, estoy un poco oxidada con estos shipps pero prometo mejorar pronto