𝗛𝗜𝗚𝗛 𝗦𝗖𝗛𝗢𝗢𝗟 𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧𝗦 - 𝖾𝗇𝗁𝗒𝗉𝖾𝗇 𝗌𝗉𝖾𝖼𝗂𝖺𝗅.

O1

PASO UNO: deberás aceptar que estoy algo loca.

Heeseung caminaba por los pasillos de la escuela, regularmente estarían repletos de gente, pero hoy no, hoy estaba lloviendo. Estos días solían ser tranquilos, sin mucha gente o con mucho trabajo por hacer, y eso lo mantenía contento, casi tanto como el poder tocar la piel de la pequeña Lee.

Sí, la pequeña Lee, esa típica niña inteligente que está en un curso avanzado a pesar de no tener el mínimo de edad requerida. La que le gusta maquillarse, pero no lo hace frecuentemente. La que se viste bonito. La que siempre participa en los torneos que tienen que ver con coeficiente intelectual. La que no tiene muchos amigos. La de mejores notas. La que es dulce e inofensiva. La que es perfecta. Sí, esa. Se volvía algo sofocante que su actitud fuese tan infantil y tan pura, pero eso a Heeseung no parecía molestarle... o bueno, eso era al inicio.

Heeseung siempre había estado enamorado de ella, a veces le hacía algunos regalos en muestra de afecto y de coqueteo, intentando ser correspondido... y lo sería, en este bonito día de lluvia.

— ¡Sí, Heeseung, claro que acepto ser tu novia! —, ambos se abrazaron, claramente contentos por la reciente propuesta. Heeseung seria novio de la chica de sus sueños... ¿qué podría salir mal?

— ¿Qué se suponía que hacías con Juyeong? ¿estás engañándome con ella? vi cómo la mirabas ¿te gusta? ¿es eso? ¿crees que es más bonita que yo? pues también hay chicos más bonitos que tú Heeseung, y no ando coqueteándoles por la calle —, el automóvil se llenó de silencio, era la tercera escena de celos que le hacía en el día. Era tan tóxica, pero no lo aparentaba. Siempre que discutía con ella, alguien se metía a defenderla porque '¡¿cómo puedes decirle eso a la dulce Lee?! ella es lo más dulce y puro que hay'. Sí, Heeseung sabía que no era así.

—Amor, sólo le estaba preguntando la dirección de un lugar, cálmate... —, ¿estaba asustado? tal vez, su novia solía ponerse demasiado agresiva en estas situaciones.

—Deja de mentirme, se nota que te gusta. Estás engañándome, lo sé, y yo no quiero ser la idiota que esté contigo —, Heeseung pensó que le estaba terminando, por lo que la sujetó fuerte del brazo y comenzó a llorar. No, no podía dejarlo.

—No, no, yo sólo te amo a ti, lo sabes, tú me amas también, dijiste que las marcas que dejaste son muestras de amor. No me dejes, corazón —, su voz quebrada hizo que su chica sintiera algo de pena, pero también se sentía orgullosa. Las marcas eran golpes que solía propinarle al varón cuando hacia algo mal, a veces llegaba hasta el sangrado. Le gustaba hacerlo porque sabía que Heeseung aceptaba que ella, quizás, estaba algo loca.