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Iwaizumi miraba seriamente a Hana, estaban los dos solos en la mesa del comedor, esperando al resto de sus amigos y a Ikeda, para la desgracia de la rubia.

-¿Que te pasa?-dijo finalmente la chica.

-Tienes una práctica de ballet importante y estas desnutrida, no es bueno para tu salud.

Hana soltó una risilla por la preocupación de su amigo.

-No te preocupes, lo tengo todo controlado.-dijo ella con confianza.-solamente debo de adelgazar un poco máspara estar en el peso ideal.-trato de tranuilizar Hana, pero se le daba fatal.

-No comiendo no lograrás nada.-dijo Iwaizumi preocupado.-además, ya estas en tu peso ideal.

-¿Tu crees?-dijo ella algo esperanzada.

El moreno asintió seriamente, odiaba los malos hábitos de salud de Hana.

Oikawa llegó solo.

-¿Donde esta tu novia?-cuestionó Iwaizumi, antes de que Hana la llamase perrito faldero.

-Hoy come con sus amigas.-explicó comenzando a comer.

Hana suspiró aliada de poder librase de ella aunque fuera en una sola comida. Después se sumaron Matsukawa y Hanamaki. La chica disfrutó mucho la comida de aquel día,pues hacía mucho tiempo que no comían los cinco solos.





-¿Qué se supone que es esto?-preguntó Hana al recibir una hoja llena de números, que indicaban ser el peso de una persona, junto a una dieta.

Muchos miembros del club asintieron de acuerdo a la pregunta de la rubia.

-La confederación de ballet lo mando, es un listado oficial de vuestro peso y al que requerís llegar y una dieta para ello.

Las manos de Hana temblaron tras releer el papel, ¿cómo iba hacero para bajar peso? Estaba decepcionada pues al parecer tenía que eforzarse más. Al haber finalizado el club Hana se dirigio rápidamente a los vestuarios para coger sus cosas y largarse a su casa. Le mandó un mensaje a Iwaizumi diciendo que hoy no les esperaría, que estaba demasiado cansada y mañana se verían. No quería hablar con nadie en esos momentos.

En cuanto llegó a casa subio a su cuarto corriendo y procedio a mirarse al espejo. No se veía mal y útimamente no se sentía tan asqueada al verse al espejo, pero esa maldita hoja la hizo darse cuenta de que así no funcionaban las cosas. No era lo suficientemente perfecta ni para el ballet ni para Oikawa. No lo era para nadie, y en el fondo ella pensaba que Iwaizumi solo la mentía para hacerla sentir bien. Debíade esforzarse más para alcanzar la perfección que tanto buscaba.

Se inspeccionó cada rincón del cuerpo, buscando y encontrandose imperfecciones en todas partes. Se daba asco.

Antes de que cometiera una locura alguien llamó al timbre de la casa, bajo a abrir y se encontró en su puerta a Oikawa.

-¿Oikawa?

-¿Porque lloras?

Dijeron los dos a la vez. Hana se tocó a cara y si, se había puesto a llorar, no se había dado cuenta.

-No estoy llorando, ¿que haces aquí?-dijo limpiandose las lágrimas, Oikawa suspiró y entró a la casa.

-Me pareció raro que no nos esperases hoy, a Iwaizumi también, ibamos a venor los dos a ver que te pasaba pero tuvo un probema en casa y no pudo venir, así que me lo encargó a mi.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐖𝐇𝐄𝐍 𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐑𝐘; oikawa tōruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora