NEGOCIOS - Leo Suarez (Club América)

cap. 18

POV. Leo.

-Lamento tanto el haberte alejado, solo... solo que...-

-No te preocupes, amor; te entiendo.

-Pero yo no debí.

-Basta, si.

Solo vi como asintió, lloraba aun más. Yo al contrario trataba de no hacerlo, no podíamos ser dos personas así.

La abrace como nunca, hasta que sentí como se calmo. Se había quedado dormida en mis brazos, me acomode con ella en la cama para quedarnos dormidos.

(........)
Escuche un gran ruido proveniente del baño y al no ver a Lili a mi lado inmediatamente corrí hacia el baño.

Ahí estaba en el suelo, llorando.

-Qué pasó?-. La ayude a levantarse.

-No me di cuenta y me resbale-. Lloró.

Me sentía tan mal por ella, todo esto la estaba acabando.

-Ya, tranquila; ven, vamos a dormir.

La ayude a caminar de vuelta hasta la habitación. Mañana la llevare a un médico, si le digo ahora se negara y la pondré sobreaviso y se volverá a encerrar.

Nos recostamos en la cama y me dedique a hacer que se durmiera.

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A la mañana siguiente no sentí a Lili a mi lado e inmediatamente me asuste. Busque en todas las habitación y baños, hasta que baje.

Y ahí estaba, parecía haber recuperado algo de su brillo.

Su cabello aun mojado y su muda de ropa nueva indicaba que había tomado un baño. Y la taza de café entre sus manos acompañada del desayuno indicaba que volvió a cocinar.

Se que cocinar le fascina, sobretodo hacer el desayuno.

Cambie mi rostro de preocupación por una sonrisa ancha.

-Lamento no haber cenado contigo, todo se veía delicioso.

Me acerca a ella, abrazándola por la espalda. Aspiraba su aroma a limpio, el olor de su pelo y su perfume de frutos.

-En disculpa, hice el desayuno; no se compara con la cena pero me esforcé.

-Pues yo creo que tu desayuno gana.

Le di un corto beso en los labios y ambos comimos en la barra. Nadie decía nada, pero ha decir verdad que podíamos hablar, más que el tema del bebé pero no pienso tocarlo aún. Esperaré a que termine el desayuno, verla así me daba esperanzas, tal vez estaba recapacitando.

Terminamos el desayuno y decidí tomar un baño, más bien Lili me obligó. Le dije que descansará en lo que limpiaba los platos sucios pero se negó rotundamente, ni como discutir con ella. Pero terminando mi baño hablaría con ella.

Baje a la cocina y aun estaba ahí Lili, ahora tomaba té.

-Té?

-Me mantiene tranquila y depeja mi mente, así tal vez no vuelva a llorar.

Solo asentí.

-Ya estas lista para hablar?

-No-. Gritó.

Este tema la ponía muy mal, se veía tan nerviosa y ansiosa. Sus manos empezaron a tambalear la taza e inmediatamente se dio la vuelta, dándome la espalda.

-Lili, tenemos que hablarlo. Es un tema serio e importante.

-Pero no quiero hablarlo.

-Y cuando vas a querer? Cuando ya haya nacido?

Ya ni si quiera hablábamos, estábamos gritando.

No dijo nada.

-Como quieras, pero mañana hablaremos de esto-. Apenas iba a subir las escaleras.

-No entiendes que no quiero. No quiero-. Gritó.

-Tal vez no quieras pero tienes que, y pronto.

No quería discutir con Lili, al parecer su té relajante no la estaba ayudando mucho. Se volvió a quedar callada unos segundos, parecía querer aguantarse las ganas de llorar.

-Solo no quiero hablar de eso-. Susurró al borde del llanto.

Me regrese a la cocina y la abrace.

-Por qué, chaparra?

-Solo no quiero y tampoco quiero que vuelvas a tocar el tema.

-Liliana entiende, es un tema que se tiene que hablar.

-Pues no quiero-. Repetía las mismas palabra.

-Solo comprendeme, no quiero ser mamá. No quiero nada de esto en mi vida, dame tiempo.

-Te lo he dado Lili y solo has entrado en depresión.

-Y que quieres que pase? No quiero nada de esto, no quiero estar embarazada, no quiero a este bebé-. Señaló su vientre.

Cada vez comenzaba a alzar de nuevo la voz.

-Ni si quiera te has dado el tiempo de enamorarte de él.

-Y tu si?-. Río amargamente.

Se separo de mi.

-Por su puesto-. Respondí seguro.

-Ni si quiera lo conoces.

- Ni tu lo conoces, pero tan solo imagina lo que sería los primeros ultrasonidos, escuchar su corazón, tenerlos en tus brazos, enseñarle a hablar y caminar.

-No quiero nada de eso, comprende. No quiero una familia, ya ni si quiera estoy segura si es lo correcto estar contigo.

-No estoy segura de querer una familia contigo-. Soltó sin al parecer ningun peso.

Eso termino de romper mi corazón. Esta mujer estaba totalmente cambiada, ya no quise hablar nada más.

-En hora y media iremos al hospital, espero y estés lista a esa hora.

-A que iremos?

-Ayer te caíste, quiero estar seguro que todo esta en orden.

-No quiero.

-No me importa, te voy a llevar.

- No me vas a obligar, no quiero ir.

-No quieres absolutamente nada.

Subí las escaleras, no iba a seguir hablando con esa mujer. Ni si quiera la reconocía, esta ya no era mi Lili.

La Liliana de la que me enamore por primera vez en el antro.

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