Capítulo 3. Buscando Soluciones

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- Sara por Dios ve tras ese hombre, iba hecho un mar de lagrimas y no es justo.

- Hermanita vino por ti, te ama; ya no lo hagas sufrir más, ni sufras tú tampoco.

- Ya no me digan más nada.

- Sara Elizondo - menciona Norma en tono regaño - Eres la mayor de las tres, pero de verdad que pareces una niña a la que hay que rogarle para que haga las cosas. ¿Es tú decisión dejar ir a Franco? Ok perfecto, ni Jimena ni yo vamos hacer algo; pero ten en cuenta una cosa, así como una vez ya Franco fue capaz de olvidar y superar aquella mujer que tanto daño le hizo, también lo puede hacer contigo y esta vez por tu culpa, ¿quieres sufrir? Adelante quédate y ya no lo busques, ahora bien ¿quieres ser feliz? Ve, buscalo y no lo dejes ir. 

Cada palabra de su hermana le partia más el corazón, le dolía escuchar eso; solo imaginarse que no estaría más con él, con la persona que la había sacado de su encierro, la que le sacaba una sonrisa con su sola presencia, él que la amaba por el simple hecho de ser y quien no pretendía más que darle amor; pero se sentía perturbada, ante todo Doña Gabriela era su madre y desde la muerte de su padre ella se habría convertido en su mano derecha le costaba dejarla.

- Dejenme sola no quiero hablar con nadie - sentenció, dio la espalda y corrio a buscar refugio en su abuelo, quien sabía estaba para ella siempre, así fuese solo para contemplarla llorar. 

- ¿Por que nuestra hermana tiene que ser tan terca? - dice Norma.

- Digna hija de Gabriela Acevedo.

- Necesitamos hacer algo Jimena, este par no puede terminar así.

- No, definitivamente no. Habla tú con Sara, yo iba camino a ver a Oscar y aprovechare de hablar con Franco. 

- Está bien me avisas cualquier cosa por favor.

- Si hermana, nos vemos ahora.

El amor tiene muchas vertientes y muchas veces podemos perdernos en ellas,  pero tanto Norma como Jimena tenían muy claro que no debían permitir que esos dos se fueran por caminos distintos, Sara si tomaba la decisión de quedarse con su madre sería el error más grande que podria cometer y sin duda alguna regresaría a su encierro y su amargura, y a Franco ya le habían hecho mucho daño anteriormente, y aunque sufrió mucho logró sobreponerse y encontrar en Sara el amor, el cariño y la comprensión que tanto le hacia falta, pero si él se lo proponia tambien se la podía arrancar del corazón como ya una vez lo hizo con otra mujer. 

Un trabajo fuerte que les tocaría a ambas hermanas, conocian a Sara y era terca y pues Franco luego de esta discusión no sabían como iba a reaccionar; pero ninguna de las dos se permitirían rendirse, su principal objetivo seria verlos felices y ellas lo iban hacer o por lo menos intentar hasta lo que menos se imaginen. 

- Mi niña no me gusta verte así - menciona Don Martin mientras ella está en sus piernas y abrazada de su abuelo para desahogarse.

- Sara Elizondo - entra Norma al cuarto.

-Ya basta Norma no más regaños; ya, por favor o es que creen que a mi no me duela esta situación; maldita sea yo amo a Franco pero esa señora que sí, me hizo mucho daño y todo lo que ustedes quieran es mi madre, yo he sido su mano derecha desde que mi papá no está comprendanme un poco, o a ver Norma, en este momento entra Juan por esa puerta y te quiere llevar, ¿lo harías? ¿Te vas? 

Un pequeño silencio se hizo en la habitación, pues Sara hasta cierto punto tenía razón, ninguna de las tres se atrevería a dejar a Doña Gabriela sola, por mas dura que esta fuese con ellas seguia siendo su madre y eso era algo que nunca cambiaría. 

Un Golpe De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora