Capítulo 3: Cita en el callejón

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Capítulo 3: Cita en el callejón

En una pequeña estación de policías se encontraba encarcelado aquel villano villano que horas anteriores habría ocasionado un total desastre en un pequeño pueblo de Colorado.

El reflejo de la luna hacía su aparición en aquella oscura y solitaria celda, donde se aprecia mejor a Caos siendo retenido por unas esposas en sus muñecas. Estas mismas cumplían con la función de supuestamente retener los poderes del villano,-o eso creía él, cuando realmente solo eran esposas normales. Pero ese dato preferían mantenerlo en secreto por órdenes de su fiel, quizás su único secuaz, Capitán Desaster. Este último era el responsable de pagar la fianza de su mismo jefe.

—No se preocupe maestro. Ya ideé un plan para ayudarlo a escapar —dijo con confianza Capitán Desaster apareciendo en un pequeño holograma a través del reloj inteligente que él mismo fabricó para Caos.

—No me preocupo, Capitán Desaster. Todos tus planes de escapes son perfectos como los aparatos que haces —dijo Caos halagando a su secuaz que sonrió avergonzado. Pero el semblante de Caos cambió repentinamente a uno más decaído y lamentable—. Ojalá pudiera decirlo lo mismo de los míos.

— Maestro, ¡no se ponga triste! —exclamó Capitán Desaster intentando animarlo—. ¡Verá como un día uno de sus planes tendrá éxito! ¡Y esos héroes jamás olvidaran al gran profesor Caos!

Caos sonrió para sus adentros pensando que su fiel secuaz era muy puro para ser un villano.

—¿Sabes, Dougie? —habló en voz baja Caos acercándose a su reloj para ver mejor al chico—. Para tener 12 años eres realmente un genio. Sigo sin entender, ¿por qué te uniste a mí en primer lugar?

—Y pronto cumpliré 13 —añadió Capitán Desaster—. Además, todos tenemos nuestras razones para serle fiel a algo que nos apasiona.

—Espero que tus razones no sean descuidar tus estudios, jovencito —le reprendió Caos casi sonando como una madre—. No quiero enterarme que tienes una C en tu expediente escolar.

—De hecho, esto me sirve como reforzamiento para mis talleres —sonrío Capitán Desaster orgulloso—. Me da puntos extras para entrar a la universidad.

"Si los policías no terminan gastando todo mi fondo estudiantil", pensó Capitán Disaster escapándole una pequeña lágrima. Ambos rieron ante dicho comentario hasta que se escuchó un ruido proveniente de afuera de la celda.

—¡Le enviaré ahora mismo las instrucciones del plan, maestro! —dijo Capitán Disaster cortando la llamada.

Las instrucciones mandadas por su secuaz aparecieron a través de su disposición. A lo cual, Caos las leyó en un santiamén, terminando justo a tiempo cuando un oficial de policía apareció ante él.

—Bien, Caos —dijo el oficial sacando unas llaves de su bolsillo para liberarlo—. Creo que ya sabes cómo es el procedimiento.

—Claro que lo conozco muy bien, oficial —sonrió Caos  hipócrita levantándose del frío suelo donde estaba antes para ser llevado por el oficial.

El oficial decidió ignorar la repentina sonrisa que tenía el villano, y continuar con su teatro. Al final, ya habría recibido su bono donando de manera colaborativa por Capitán Desaster.

Para Caos el plan de su secuaz era simple, solo tendría que causar un pequeño desastre cuando se encontrara cerca de uno de los baños de la Estación de Policías. El chico se mantenía concentrado en los pasillos de la instalación ignorando cualquier cosa que le dijera el oficial, hasta que se paró cerca de aquel baño para hombres.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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