LOVE IN A TIME OF THE ZOMBIE APOCALYPSE | Traducción

Capítulo 1: Liberación

—¿De verdad crees que todavía está vivo?

—Bueno, mi hechizo sensor claramente está captando a alguien en el terreno más bajo.

—¿Alguien?

—Sí. Alguien vivo. Y como era de esperar, parece que no podemos aparecernos. Las barreras de Seamus están resistiendo, Harry.

—Finnegan terminó siendo una mano hábil con el viejo swish y flick después de todo... Supongo que es la puerta principal, entonces. ¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta de que ha estado aquí todo este tiempo?

—Todos están muertos. Simplemente no quedaba nadie para recordar.

—¿Crees que no tiene la menor idea de lo que ha estado pasando?

—No lo sé. Es posible. El confinamiento solitario es más bien, bueno, solitario.

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? Shacklebolt tendrá nuestras cabezas. Bueno, más la mía que la tuya. En realidad necesita tu cabeza.

—Él lo entenderá. Y por favor, Harry, ¿no más maleficios con motosierra a corta distancia? La última vez, el desorden me tomó días eliminarlo del cabello.

—Me gusta más ese maleficio...

—Lo sé, Harry.

—Yo lo inventé, ¿sabes?

—Sí, Harry.

—¿A la cuenta de tres?

—Vamos.

—Uno, dos, tres. ¡REDUCTO!

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Las puertas de la entrada a la prisión de Azkaban se abrieron de golpe.

Polvo, hormigón y trozos de madera pulverizada se elevaron en el aire formando una nube nociva. Todavía no era lo suficientemente espesa como para evitar que el olor a muerte concentrada y descomposición golpeara a Harry y Hermione como un ariete. El olor era lo suficientemente fuerte como para saborearlo. Tosiendo y tapándose la boca y la nariz con los antebrazos, con las varitas en alto, entraron al oscuro vestíbulo.

Harry lanzó lumos.

No había hordas abarrotadas. Ni hubo muertos vivientes hambrientos de los que defenderse. Bueno, eso no era exactamente exacto: había muertos vivientes hambrientos, solo que estaban en un estado tan demacrado y debilitado que la mayoría había quedado reducida a torsos medio comidos, gimiendo y retorciéndose en el suelo. A falta de carne fresca, se habían canibalizado unos a otros.

Los que quedaron sin comer ahora estaban completamente inanimados; Las funciones cerebrales vestigiales desaparecieron hace mucho tiempo. Azkaban no se había librado del brote, pero durante lo peor, el alcaide Seamus Finnegan había hecho un llamado para liberar a tantos prisioneros como fuera posible antes de sellar las puertas principales y contener lo que había dentro en el interior. Eso lo incluía a él y a los cinco guardias de prisión restantes que todavía eran humanos y estaban muy vivos la última vez que se comunicaron con el Ministerio. Ahora no había nadie. Sólo estaba la oscuridad, la muerte y el familiar olor a tripas. El olor lo impregnaba todo.

Hermione volvió a lanzar el hechizo sensor, que se manifestó como planos condensados con cuadrículas rojas. Allí, en el Subsótano C, el ala de máxima seguridad, completamente automatizada y de última generación (mágica) de Azkaban, estaba el Prisionero E5673. Apareció como un punto pulsante azul luminoso.

Subieron las escaleras. Harry primero, seguido por Hermione. Hubo un pequeño e inesperado grupo de bienvenida en el hueco de la escalera: dos ex guardias de prisión que todavía parecían bastante frescos.