POKÉMON EXTERMINATION

El Team Rocket No Muere

Antes de empezar, esto será T/N y que la personalidad de este personaje, sea algo cruel. Por los motivos de robar y traficar pokémon...

Y para aclarar, esta historia no será 100% de los juegos, Solo habrá algunas referencias de ellas.

Para terminar esta encuesta, el prota tendrá 31 años de edad, puede que sea viejo pero que más da. Sin más que decir, que empiece esto.
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¿PARA QUIEN TRABAJARAN?

!TEAM ROCKET!

¿A QUIEN SERVIRÁN?

¡TEAM ROCKET!

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En una oscura y lúgubre cabina se hallaba una persona, ajustando su traje con una elegancia casi ritual. Sus manos, con movimientos suaves y precisos, aplicaban una crema sobre su piel, humectando el rostro con delicadeza. Pero la serenidad de su gesto no reflejaba el tumulto de su mente.

Su mente se dispersaba, los pensamientos se enredaban en recuerdos dolorosos, y aquella suavidad eventualmente se volvía torpe. Los movimientos, antes meticulosos, se tornaban bruscos y rudos, maltratando su propio rostro.

—Malditos sean… —susurró con enojo, clavando sus uñas en sus mejillas, la rabia ardiendo en su interior.— Maldito sea aquel que no siguió mis ideales.

Mientras las memorias se agolpaban en su mente, revivía los momentos de gloria y de caída, oyendo cómo, afuera de su cabina, las personas pasaban en un odioso silencio. Todos compartían un mismo destino, una monotonía que le resultaba insoportable.

Al escuchar los pasos, volvió a la realidad, tratando de concentrarse nuevamente en su cuidado personal. Intentaba ignorar la maraña de emociones que lo acosaban. Los segundos pasaban, y su mirada quedó oculta tras unos lentes de sol, dejando entrever las ojeras que no podían ser disimuladas.

Con lentitud, se dirigió hacia la puerta, echando un último vistazo a la cabina que había llamado hogar durante un breve tiempo. El vacío del lugar, sumado a la penumbra de los rincones, le hizo sentir una opresiva soledad. Nada era igual.

Abrió la puerta con fuerza, saliendo a los solitarios pasillos de la ahora vacía organización. Al caminar por aquel silencio, no pudo evitar recordar las épocas en que todo estaba lleno de vida y actividad. Una inmensa nostalgia lo invadía, impulsándolo a seguir sus ideales con más determinación que nunca.

Cada paso resonaba en el vacío, recordándole las promesas rotas y los sueños desvanecidos. Pero en su interior, una chispa de resolución se mantenía viva. Sabía que su camino no era fácil, que sus ideales no eran comprendidos por todos. Pero estaba dispuesto a luchar, a transformar el mundo según su visión. La nostalgia y el dolor solo reforzaban su convicción.