La pesada puerta de madera se abrió de golpe con un sonoro "¡Baam!" cuando Naruto la abrió de una patada, rodeando con sus musculosos brazos a Sally, sus labios unidos en una intensa batalla de lenguas, Sally le había rodeado el cuello con los brazos y había tirado de él hacia la cama. Ahora, tumbado sobre ella, Sally se inclinó hacia él, separando sus carnosos labios. Mordisqueó y chupó sus labios, arrancándole un suave gemido.
Sin vacilar, le metió la lengua en la boca, reclamándola con un deseo feroz. Sus lenguas se enredaron y bailaron juntas, mezclando saliva a medida que su beso se volvía más apasionado. Las manos de Naruto recorrían el cuerpo de Sally, aferrándose a sus curvas mientras ella tiraba de él para acercarlo, clavándole las uñas en el pelo.
Él tomó el control del beso, explorando cada centímetro de su boca con un hambre que igualaba la de ella. Con un gemido de necesidad, Sally profundizó aún más su beso, entregándose por completo a su deseo mutuo. Después de besarse durante largo rato, se separaron con la respiración agitada. El aire caliente que pasaba entre ellos le provocaba escalofríos. La voz de Naruto era áspera al hacer la pregunta: "¿De verdad vamos a hacer esto?". Su pasión y deseo por ella eran evidentes en su tono.
"Necesito esto", exhaló ella, "necesito que tomes el control". Sus ojos llenos de lujuria lo dicen todo, transmitiendo su deseo de que él la reclame por completo.
Sin vacilar, su áspera mano acaricia la suave boca de ella, para luego invadirla con su lengua, follándosela con fuerza. Sentado sobre sus rodillas, sin dejar de inclinarse hacia delante, su otra mano desvrochando los botones de su blusa, exponiendo su pecho desnudo al aire frío de la habitación. Sus grandes pechos se derraman en el aire frío, haciéndola estremecerse mientras su gran mano explora su vientre antes de subir a masajear sus tetas. Los pantalones de Sally se humedecían cada vez más mientras ella apretaba los muslos, incapaz de controlarse. Pellizcó y tiró de sus duros pezones para calmarla.
"Mmm", gimió suavemente en su boca, su aliento caliente contra su piel cuando él se apartó para seguir besándola por el cuello. La saliva de ella dejaba un rastro brillante detrás de él mientras mordisqueaba su piel sensible, marcándola con su amor a la vista de todos. Le cogió los pechos con las manos y le pellizcó y tiró ligeramente de los pezones, haciéndola gritar de placer.
"¡Oh, Dios mío!", jadeó
Él le sonrió con satisfacción antes de morderle un pezón, provocándole un orgasmo que la hizo empapar sus pantalones. Le temblaban las piernas mientras intentaba recuperar el aliento.
"No esperaba que fueras tan sensible", dijo él con suficiencia mientras recorría con sus dedos pegajosos el contorno de su pantalón, ahora empapado.
"idiota" se sonrojó ella
Naruto le quitó los pantalones y las bragas, tirándolas a un lado mientras miraba fijamente su resplandeciente feminidad. El olor almizclado de la excitación llenando la habitación.
"Es vergonzoso cuando la miras así".
"Es hermosa y pide ser dominada", dijo con un brillo lujurioso en los ojos.
Le abrió las piernas de par en par, clavándole las yemas de los dedos en los muslos mientras se inclinaba hacia ella. Sacó la lengua, saboreando su dulzura y su almizcle mientras la recorría desde los pliegues hasta el hinchado clítoris. El cuerpo de Sally se convulsionó, arqueándose sobre la cama mientras un gemido escapaba de sus labios. Agghh", gritó con voz ronca, intentando apartarlo pero incapaz de detener el placer que recorría su cuerpo.
Metió dos dedos en su coño resbaladizo y los bombeó dentro y fuera mientras lamía y chupaba con experta precisión. Ella se agitó salvajemente contra él, cada movimiento aumentando la intensidad hasta que gritó su nombre al correrse por segunda vez. Su sabor la consumía por completo, enloqueciéndolo de deseo mientras seguía dándose un festín con ella, sin parar, llevándola al éxtasis una y otra vez hasta que vio las estrellas. Su cuerpo se retorcía y giraba como un juguete bien utilizado, completamente consumido por sus caricias. Y cuando por fin terminó con ella, se quedó tumbada con una sonrisa tonta en la cara, cubierta de una brillante capa de sudor y la cama completamente empapada bajo ellos.
