—Buenas noches, ¿Quisieras ordenar alguna bebida? —mencionó la mesera del bar.Después de la estresante cena de gala que tuvimos y la gran conversación con mi padre, salí al bar para tomarme algunas bebidas y olvidarme de toda la situación.
Lo peor de todo es que aún me encontraba vestida de gala.
En un bar.
—Te regalo una bebida, te ves demasiado cansada. —menciono la misma mesera del bar, pelinegra, su peinado en dos coletas llamaba mucho la atención.
—Gracias, lo aceptaré, dame alguno que te guste. —dije sonriendo levemente.
La mesera asintió y se giro hacia su mesa para empezar a preparar su bebida, cargaba un mandil consigo y una camisa con el nombre del bar, su tatuaje del brazo llamo mi atención, me gustaban los tatuajes y quería hacerme uno, pero había algo que me detenía.
Mi padre.
—¿Ese tatuaje te dolió? —pregunté curiosa colocando mi mano sobre mi mentón, interesada en saber la historia detrás de este.
La chica de giro hacia mi.
—Ni un poco, es más es dolor mental que tuve. —rió.
—Dios, quisiera hacerme uno algún día.
—A mi me lo realizó mi novia, pero puedo decirle si podría hacerte uno, en dado caso de que ella no pueda, está su compañero que también tatua, cualquiera de los dos podría si tu quieres. —sonrió y empezó a servir la bebida en el vaso de cristal.
—Me encantaría hacerme uno. —dije emocionada.
—¿Y que esperas? Es más, si quieres te paso la ubicación para que puedas ir, aún tienen abierto. —me acercó la bebida.
Apunto la dirección de esta locación del estudio en un papel y me lo entrego.
No me importaba si mi padre me diría algo, yo tendría ese tatuaje que tanto he anhelado.
Han pasado siete años desde aquella noche que se grabó en mi memoria como una estrella fugaz en la oscuridad. A menudo, mi mente vuelve a él, al chico que me hizo sentir viva como nunca antes.
Recuerdo cada detalle de aquella noche, su sonrisa, sus ojos que parecían leer mi alma, la calidez de su abrazo. Sin embargo, desde entonces, su presencia se ha desvanecido en mi vida como el eco lejano de una melodía olvidada.
A pesar de los años, su recuerdo persiste, pero el destino parece haber tomado caminos distintos para ambos, separándonos en diferentes senderos de la vida.
A veces me pregunto qué habrá sido de él, si aún piensa en mí como yo lo hago en él, si alguna vez volveremos a encontrarnos en el laberinto del tiempo y descubrir si aquel encuentro fue solo un destello fugaz o el inicio de algo más profundo.
A pesar de ser tan opuestos, a su vez fuimos tan atraídos esa noche, que no quería irme de ahí.
Termine mi bebida, le di el dinero a la mesera pero se negó a tomarlo. Le ofrecí que lo tomara como propina y tampoco acepto, así que solo le agradecí y salí de ahí en dirección a ese estudio, aún en vestido de gala.
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𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐭𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐞 [𝐒𝐡𝐢𝐧𝐢𝐜𝐡𝐢𝐫𝐨 𝐒𝐚𝐧𝐨]
FanfictionUna chica con familia adinerada y dedicada a su fundación, y un chico motociclista con gusto por el arte. Maddy y Shinichiro eran tan incompatibles como lo puede ser el agua y el aceite, pero desde aquel día, ninguno ha podido olvidar esa noche es...