Korean Roulette [EN PAUSA]

2. 🖇 La jugarreta del asesino

«No he cambiado, sigo siendo el mismo yo».

Corea, Seúl, Distrito de Yongsan-gu / 2024

En el distrito Yongsan-gu, ubicado al norte del río Han, se encuentra la Estación de Policía de Yongsan y el distrito comercial de Itaewon, conocido como una de las zonas con mayor diversidad étnica de Corea, así como cuenta con muchos restaurantes, bares y cafeterías que sirven exquisita comida, bebida, postres y variedades de café a todo el mundo; pero ahora estaba sumido en un barrunte que conmocionó a toda la población.

"El famoso idol Cha Eunwoo había sido brutalmente asesinado".

La noticia se extendió como pólvora, por mucho que la policía local tratara de apaciguar a la prensa, los flashes de las cámaras habían logrado captar resquicios de la horrenda escena.

Una mesa mediana y rectangular, cubierta por un mantel blanco con un búcaro adornado con flores de peonias rojas, ubicada en el centro de Café Bora, cafetería que había sido la anfitriona de tan cruel espectáculo, era testigo de lo que el ser humano es capaz de hacer; un cuerpo decapitado, vestido de traje de color negro, descansaba erguido en una silla en el extremo derecho de la mesa, frente a él se hallaba una cabeza de lacia cabellera negra, con los ojos abiertos, observando hacia el otro extremo, a su lado se encontraba una taza de té negro, ya frío por la baja temperatura y delante de la taza, un plato con cuatro galletas perfectamente alineadas.

El detective Kim había observado todo horrorizado, una figura importante había sido asesinada y en parte se sentía culpable, además todos sus años de búsquedas y sospechas hacia el joven idol, ubicándolo como el principal sospechoso que encajaba en el perfil del asesino, se habían ido por el desagüe. Había reconocido la cabeza, ese rostro, no cabía duda alguna, era Cha Eunwoo.

—¿Detective, se encuentra bien? —la voz de una mujer lo obligó a reaccionar.

El cuerpo del famoso chico ya no estaba en el lugar, había sido trasladado de inmediato hacia Soonchunhyang por órdenes del jefe Nam, sin embargo, Taehyung parecía seguir viéndolo.

—Esto es un desastre —alcanzó a decir.

—Claramente lo es, dos asesinatos en un día y un intento de homicidio, obras de la misma condenada persona —dijo la mujer con enfado.

—¿Persona? Ese mal nacido no es un ser humano inspectora Eun Mi, con todo respeto.

—Tienes razón —confirmó la mujer y palmeó el hombro derecho del hombre a su lado—, pero ahora no es momento para estarnos lamentando, sino de trabajar. El forense Kim te espera en Soonchunhyang para darte los resultados de la autopsia de ambos cuerpos —anunció—, luego de que ambos estén listos tendremos una importante reunión. Debemos atrapar a ese desgraciado ya —exclamó.

—Bueno, con su permiso —se despidió para dirigirse a la morgue, donde lo estaría esperando Seokjin, el forense, pero la voz de la inspectora lo detuvo unos instantes.