—ay! Mierda!—di un brinco al escuchar la voz de tom—q no te enseñaron a tocar?—mantuve mi mano en mi pecho intentando controlar mi respiración—y a ti no te enseñaron q es de mala educación husmear en las cosas de los adultos?—tom se cruzó de brazos y se acercó a mi a pasos lentos.
Solte una risa burlona y me cruce de brazos viéndolo fijamente—y tu quien te crees para decirme o no q hacer?—deje los papeles cobre el escritorio de mi padre sin apartar la vista de tom—solo eres un simple escolta—tom quedó frente a mi, estábamos a pocos centímetros, eleve mi cabeza para poder verlo fijamente, tom soltó una risa burlona, como me irritaba.
—cierra tu bonita boca princesa—su mirada se oscureció levemente, y sentí como mis piernas temblaron ligeramente, sentí como me ponía pálida de la nada, pero no me dejare humillar por este tipo—y si no lo hago que?—ladee mi cabeza retándolo aún más—tu decide—sonrió mientras jugaba con el aro de su labio—te cayó o hago q grites, te gusta hablar no? Yo te voy a hacer gritar—me quede así ira.
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<<premio o castigo?>>
Pero lo q salió de mi boca fue...
—que estúpido eres, me das asco!!—lo empuje y por instinto salí corriendo en dirección a mi habitación, no iba a permitir q viera q me sonroje por la triple mamadota q dijo.
Escuchaba como tom carcajeaba desde la oficina de mi padre, el menso sabía como ponerme nerviosa.
—escolta de mierda...
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[...]
Mientras caminaba por los pasillos de el palacio, podía recordar aquel aroma masculino con ese toque a cigarrillo q inundó mis fosas nasales hace unos minutos, hacia q se me erizara la piel con esos ojos color café; hermosos...misteriosos y profundos, como el mismísimo mar.
<<Que se sentirá besarlo?>>
Sonreí ante ese pensamiento y con mi mano recorría los barandales de madera, q conformaban todo el segundo piso; mi única compañía era el brillo de la luna...la cual entraba por los enormes ventanales del palacio.
A media noche se apagaban todas las luces del palacio, se podría decir que era como un "toque de queda" pero había tantas cosas en mi cabeza, que no podía dormir, un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo cuando volví a pensar en tom.
