DOS

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•Alice•

Me despierto somnolienta por la pequeña luz que se cuela por mi ventana mientras estiro todas mis extremidades, decido ponerme en pie y darme una ducha para terminar de despertarme, me dirijo al armario y escojo un traje blanco que llega hasta mis tobillos donde la parte superior esta adornada por unas mangas cortas abullonadas decoradas con unos lazos marrones que las cierran, después me coloco mi falda blanca y marron y termino cerrando mi cintura con un corset de cuero marrón que termina en pico. Finalmente cojo mis botas marrones y antes de dirigirme a la cocina me miro al espejo observado mi larga cabellera blanca y mis oscuros ojos azules.

-Buenos días cariño- dice mi abuela mientras prepara unas ricas tostadas con bacon y un té de manzanilla.

Yo sonrió y me dirijo a la mesa que está junto a ella -buenos días nana, ¿hay alguna tarea para mí hoy?- pregunto captando su atención mientras ella empieza a servir el desayuno en la mesa.

-Pues deberías ir a la librería y a la sastrería de Matilda del pueblo debes comprar las cosas necesarias para la Academia- dice causando una mueca de pereza en mi, no me gusta nada visitar el pueblo todos me tratan con desprecio- se que no te gusta la idea pero debes estar preparada para tu primer día- dice mientras me como el huevo duro que acompaña las tostadas.

Termino mi desayuno y me dirijo a la entrada mientras tomo mi capa con capucha y me la pongo antes de salir. El pueblo no esta muy lejos pero antes debo cruzar un sendero que hay entre el bosque en el que se encuentra la casa. En medio del camino me encuentro una familia de ardillas y no puedo evitar detenerme a observarlas moverse, siempre he sido muy fácil de distraer sobre todo si se trata de animales. Cuando las pierdo de vista retomo mi camino hasta llegar al acogedor pueblo. Decido no deternerme hasta llegar a la librería evitando las miradas de varias personas que me reconocen.

-Buenos días- digo nada más entrar a la pequeña tienda.

-¡Hola! ¿buscas algo?- no puedo evitar mostrar mi sorpresa al ver una cara nueva y no a la señora que llevaba trabajando aquí desde que tengo memoria- Oh ¿buscabas a mi madre? ella está enferma por lo que la estoy sustituyendo mientras sana- dice la chica mientras me muestra una sonrisa impecable.

-No tranquila en realidad buscaba libros- dije negando con las palmas de las manos abiertas.

-Entonces estás en el lugar indicado, dime ¿qué tipo de libros?- preguntó curiosa dejando una mirada fija en mí.

-Pues sobre la historia de la Academia de elementos y los clanes- dije con una pequeña sonrisa.

-De acuerdo tengo dos libros perfectos en ese caso- Dijo agachandose detrás del mostrador y sacando un libro enorme de cuero sellado con una escritura dorada y otro más pequeño de color azul marino y letras negras.

Pagué los dos libros y los cargué como pude mientras me despedía de la amable chica, después de eso cambié de ruta y me encaminé a la sastrería, en el camino me dristraje con una lagartija que pasaba por debajo mia y de repente me choqué con alguien haciendo que los libros calleran a mi lado mientras que yo caí en un charco.

-¡Mira por donde vas maldita réfuga! - dijo un señor barbudo con el ceño fruncido del enojo, yo rápido me levante recogiendo mis cosas y me disculpé evitando una discusión, aunque en mi interior sentía una inmensa rabia.

Finalmente llegué al establecimiento y nada más entrar una agradable fragancia llegó hasta mí.

-¡Cariño!, ¿qué te ha pasado?- preguntó una señora mayor con aspecto preocupado.

-No te preocupes Matilda fue un pequeño accidente- dije tímidamente por el estropicio que había hecho en la entrada de la tienda por culpa de mis botas embarronadas.

LA ELEGIDA (En proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora