Capítulo 1 | Él dijo que soy un criminal

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Camino con la cabeza en alto mientras agarraba con fuerza la maleta que llevaba consigo, mientras caminaba hacia la salida del aeropuerto sintió la mirada de algunas multitudes hacia su persona. Se pregunto si estas personas nunca habían visto a alguien con muchos tatuajes. Ya en la salida pudo divisar su auto completamente negro, con un toque abrió la cajuela donde sin esfuerzo dejo la maleta con delicadeza, escucho personas murmurando y por el rabillo del ojo observo como lo señalaban. ¿Las personas de este horrendo lugar no conocían la sutileza? Rodando los ojos cerro la cajuela y subió al coche, todavía con las miradas de todos encima de él, piso el acelerador saliendo de Port Angeles.

Hoy iniciaba una nueva vida en aquel lugar, James podía decir que hasta ahora ese era el mejor lugar donde vivir ya que lo encontraba con poca civilización, pero porque lo que vio en el aeropuerto estaba por retractarse. James Carter hijo de un difunto bastardo millonario el cual nunca estuvo en su vida, su madre había muerto cuando era pequeño y no tenia hermanos.

James no era de las personas que se quejaban de su vida, el estaba muy seguro de que era por igual un maldito bastardo, pero ese no era su problema, las personas tendían juzgarlo por su personalidad fría sin corazón, pero que podía decir. "No tengo corazón", murmuró sonriendo de lado mientras se adentraba por una pequeña carretera en medio del bosque. Antes de mudarse Forks investigo por cuenta propia las personas que residían aquí y fue algo completamente interesante de decir.

Distinguió una bonita y enorme casa mientras iba por la pequeña carretera y supo de antemano que tenia vecinos y eso no le gustaba, los vecinos tendían ser unos imbéciles aparte de chismosos.

James era de Inglaterra y las personas de ese lugar no sabían lo que era secretismo y no tenia la menor idea del como y por que las personas se enteraban de sus trucos criminales como le decían. Bien el usaba droga, ha matado personas y había tenido relaciones sexuales con su exsuegra, pero eso no lo hacia un mal hombre, honestamente las personas lo juzgaban por sus tatuajes un poco exagerados.

Mientras se acercaba a su destino, diviso una enorme casa con ventanales negros con arboles bastante altos a su alrededor. Cuando estuvo cerca una enorme puerta negra se abrió por si sola dejándole paso para entrar con el auto. Detuvo el auto y bajo de este con lentitud mientras sus ojos negros observaban todo a su alrededor y supo que había elegido bien el mudarse en esta área. Como anteriormente la cajuela se abrió con un toque y saco la maleta de esta antes de bajarla al suelo y arrastrarla hacia la entrada, James abrió la puerta de la entrada y no se asombro ante todas las cosas lujosas que vio por todo el alrededor y con aburrimiento se acerco a las escaleras y subió por estas para así llegar a su nueva habitación.

Lo que James no sabia era que sus vecinos sabían de su llegada gracias a que uno de sus integrantes vio el futuro y sabía que el llegaría justo en ese momento a su casa.

James era alguien que le gustaba su privacidad y secretos, nunca le había contado a nadie lo que hacia o dejaba de hacer a los demás, eso no era problema de ellos, aunque eso de no contar nada le había traído muchos problemas por los cuales tuvo que aprender a defenderse desde pequeño.

James se acercó a la puerta donde parecía estar la habitación principal y sin poca delicadeza abrió la puerta mostrando una enorme habitación, pero lo que más le llamó la atención fue el gran balcón que daba hacía el bosque. Aun con la maleta en mano la subió encima de la majestuosa cama y la abrió sacando sus armas, su computadora donde hackeaba y lo más importante envase donde llevaba el corazón de su padre, no podía permitir que las autoridades supieran que él tuvo algo que ver con la muerte del bastardo. James escuchó un siseo y sonrió con cariño a su hermosa serpiente que estaba en una pequeña caja y levantó la tapa dejando que su serpiente saliera.

"Mi pequeña Serena", susurró con cariño era la única cosa en el mundo que le gustaba y nunca lo juzgaba. "Papi te tiene un regalito por dejarte tanto tiempo allí", agregó con una enorme sonrisa y se acercó dónde estaba el corazón de su padre y lo puso delante de su preciosa Serena la cual no dudó en atacar la comida. —"Despacio cariño la comida no se irá".

James se alejó de su hermosa serpiente y se acercó al enorme clóset el cual estaba lleno de su ropa, el amaba la ropa negra y blanca podía decir que era el mejor en vestir ropa cara y de marca. Se alejó de allí y se adentró al baño que era igual de enorme que su habitación, empezó a despojarse de la ropa y quedó en calzoncillo antes de bajarlo y mirarse la entrepierna.

"Bastardo, por ti hasta los hombres me persiguen", susurró mirando su entrepierna.


🜲


Había pasado una semana de haber llegado a Forks y solo tenía que decir que estaba completamente decepcionado, no por el pueblo claro que no, él pueblo era hermoso y majestuoso pero su gente era de lo peor, empezando por los chicos que estaban detrás de él y no parecían darse cuenta de que podía escuchar su conversación.

"Parece un criminal o seguro ya lo es", comentó una voz desconocida.

Sonrió de lado cuando escuchó aquellas palabras. Honestamente, él era un criminal, pero nadie de aquí tenía que saber eso. James se alejó de las dos personas que estaban detrás de él y salió de la tienda, él sabía muy bien quienes eran esas dos personas Edward Cullen y Bella Swan, Eran novios por obvias razones y no era su culpa que la gente no hablara con disimulo por qué había escucho por todos lados sobre estos dos.

James espero en la puerta de la entrada a que los dos imbéciles salieran. En ese instante observo como los dos idiotas salían y camino detrás de ellos antes de pasarle por el lado y le susurró al chico, "Lo soy cariño".

Edward se había tensado cuando escucho la voz del hombre en su oído izquierdo y lo vio alejarse a paso rápido con una sonrisa de oreja a oreja

"¿Edward estas bien?", exigió Bella la cual había visto con el ceño fruncido lo que había hecho aquel hombre.

"Estoy bien, deberíamos irnos", sugirió mientras caminaba con rapidez hacia su auto dejando la chica atrás la cual le gritaba que la esperara.

Edward no sabía que pensar, Alice les había dicho a todos que ese hombre llegaría y que pondría sus vidas de cabeza, pero no sabían en que sentido, trato de averiguar el nombre del hombre, pero no había señal de ese hombre en ningún lado. Algo que lo había molestado era el hecho que no pudo sentirlo acercarse a ellos y lo que lo desconcertó fue el hecho de que no podía leerle la mente igual que a Bella.

Mientras Edward conducía recordó lo tatuajes que había visto en el hombre, había llegado divisar un enorme tatuaje que sobresalía del fornido pecho del hombre el cual llevaba una camiseta negra sin mangas, gruño intentando alejar de su cabeza la imagen del hombre.

Bella observaba con el ceño fruncido a su novio el cual se notaba perdido y se dijo así mismo que de ahora en adelante nadie se pondría en su camino en su relación con Edward, después de todo él era suyo.

Cuando llegaron a la residencia Cullen Edward pudo divisar la enorme casa que se mostraba más adelante y sacudió la cabeza mientras tomaba la mano de Bella y se adentraban a la residencia Cullen, cuando abrió la puerta fue recibido por toda la familia sin excepciones.

"Vi lo que paso Edward, ¿Estas bien?", quiso saber Alice.

"Nos escucho hablar a Bella y a mí", respondió devuelta hacia su hermana la cual ahora reía por lo bajo.

"Por supuesto lo llamaste criminal", acusó con una sonrisa.

"¿Se veía caliente?", se escuchó la voz de Emmett el cual recibió varias miradas divertidas pero un ceño fruncido de su esposa.

Edward se abstuvo de responder y dijo que llevaría a Bella a casa.

𝗗𝗲𝘀𝗽𝘂é𝘀 𝗱𝗲 𝗟𝗮 𝗢𝘀𝗰𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱  - 𝘌𝘥𝘸𝘢𝘳𝘥 𝘊𝘶𝘭𝘭𝘦𝘯®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora