Togi en My hero academia

Prologo

No había mucho que en ese entorno pudiera sentirse o percibirse. Todo alrededor parecía un reflejo distorsionado y decadente de lo ruin que puede llegar a ser el ser humano. Crueldad y destrucción se desplegaban como un paisaje infinito. A donde quiera que dirigiera la mirada, Togi solo encontraba muerte, ruinas y sangre, como si estuviera atrapado en un bucle de decadencia interminable.

Pero había algo, un detalle que rompía ese ciclo. Frente a él, un hombre permanecía en pie. Sus ropas estaban manchadas de sangre, quizás su propia sangre, y su cabello blanco contrastaba con la oscuridad que los rodeaba. Sus ojos, de un brillante celeste, parecían perforar el alma de quien los mirara. Algunos lo llamaban Gojo Satoru, "el hechicero más fuerte".

¿Quién era realmente? Eso no importaba en esta historia.

Lo que importaba era la figura frente a él, al otro lado de Gojo. Un hombre de cabello negro, su cuerpo musculoso testigo de años de combates y victorias. Pero ahora, ese cuerpo estaba destrozado, una herida monstruosa adornaba su abdomen, como si una bestia le hubiera mordido con precisión quirúrgica, dejando un semicírculo perfecto. La sangre fluía sin cesar.

Ese hombre era Togi Fushiguro, "el asesino de hechiceros". Un mercenario que vivía por y para las misiones que le asignaban. Su última misión había sido simple: eliminar a una mocosa. No sabía ni le importaban los motivos detrás de esa orden. Era un trabajo, nada más. Pero algo había salido terriblemente mal. Ahora estaba allí, derrotado, moribundo, sin fuerzas ni voluntad para continuar.

Togi jadeaba, cada respiración era un esfuerzo titánico. Sus pensamientos divagaban mientras el peso de la derrota lo aplastaba. ¿En qué momento todo se descarriló? Ni siquiera podía responderse. Lo único claro era que estaba frente a su muerte, y extrañamente, no le importaba. La vida había sido cruel con él desde el principio, arrebatándole todo lo que alguna vez amó. ¿Por qué aferrarse a algo que solo había traído dolor?

"¿Quieres decir unas últimas palabras?"; la voz de Gojo rompió el silencio, su tono seco, carente de empatía, como si estuviera hablando del clima.

Togi levantó la mirada lentamente, sus ojos vacíos; "No."; La respuesta salió como un susurro, casi inaudible.

Sin embargo, en ese momento, algo inesperado ocurrió. Una imagen apareció en su mente, como un eco lejano: un niño pequeño, con una sonrisa inocente que contrastaba con el mundo cruel que lo rodeaba. Su hijo. Lo único que Togi había jurado proteger, incluso cuando todo lo demás había perdido sentido.

Intentó ignorar el recuerdo, achacándolo a los delirios propios de la muerte. Pero la sensación persistió, como una llama diminuta negándose a extinguirse. De repente, sintió la necesidad de hablar, de romper el silencio con algo más que desesperanza.

"En dos o tres años..."; Su voz tembló, pero se afirmó mientras continuaba; "El clan Zenin comprará a mi hijo."; Togi alzó la mirada, sus ojos vacíos mostraron un leve destello de algo más profundo; "Haz lo que quieras con esa información."

Gojo inclinó ligeramente la cabeza, intrigado, pero no dijo nada.

Togi cerró los ojos. Por primera vez en mucho tiempo, no intentó luchar contra la oscuridad que lo envolvía. Se dejó llevar, aceptando el final con una extraña sensación de liberación. Su último pensamiento no fue para sí mismo, sino para el niño al que no pudo proteger.

La sangre dejó de fluir. El silencio regresó, más pesado que nunca.

Gojo suspiró, cruzando los brazos; "¿Qué clase de mundo es este, donde incluso los monstruos tienen cosas que proteger?"; Sus palabras no buscaban respuesta, resonando solo en el vacío. Entonces, se dio media vuelta, alejándose de la escena, dejando el cuerpo inerte de Togi tras de sí.