❝ ÚNICA PARTE ❞

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Se encontraba sentada en el sillón de la sala de TV en la casa de su novio, tranquilamente veía una serie en Netflix cuando Aldo anunció su llegada, entrando en la habitación luciendo cansado y feliz.

— Ya llegué mi amor. — expresó el moreno sentándose junto a la castaña en el sillón y acercándose para darle un beso el cual ella correspondió al instante.

— ¿Y qué tal te fue en tu entrenamiento de hoy, bebé? — preguntó la chica, apartando el cabello húmedo de Aldo de su frente.

Se mordió el labio al notar lo malditamente atractivo que lucía todo sudado, incluso sentía que olía tan jodidamente bien que sólo quería saltarle encima. Tomó el control de su lado y sin dejar de mirar a su novio puso en pausa la serie que veía, de todas formas su atención estaba enfocada completamente en la figura alta e imponente que era Aldo.

— Pues lo normal, bonita. — empezó el moreno, recordando los pesados ejercicios que el entrenador le había puesto. — El teacher me la dejó caer, pero ya no se siente tan pesado como al inicio.

— Uy, que ganas de que me la dejes caer... — expresó la chica sin pensar. — ¡DIGO! Ay chale, ya la cague ¿verdad?

Aldo se rió fuerte, haciendo que Jade se sonrojara y riera con él. Sin embargo, al poco tiempo las risas cesaron y el moreno se acercó a su novia, pegando su pecho sudado a su costado.

— ¿Mi niña bonita tiene ganas de que le de placer? — susurró en su oído, mandando una corriente de electricidad y excitación por todo su cuerpo.

Jade jadeó mientras se mordía el labio y asintió.

— Si papi... — se giró para quedar de frente al moreno y posó sus manos en su cuello, sintiendo el cabello húmedo de su nuca. — Pero quiero intentar algo nuevo.

— ¿Qué quieres intentar? — preguntó más que interesado. — Puedo complacerte en lo que sea, sólo pídemelo bonita.

La castaña se mordió el labio y subió al regazo de Aldo, eliminando cualquier distancia entre ellos.

— ¿Pero no estás muy cansado para esto? — preguntó despacio, mirando a Aldo con enormes ojos de cachorro y un puchero.

— Para ti, nunca. — murmuro Aldo para después besarla despacio, amando el pequeño gemido que abandonó los labios de la chica. — Ya dime que es lo que quieres intentar, anda. No tengas pena alguna, sabes que puedes confiar en mí.

Jade le miró a través de sus pestañas y sonrió.

— Quiero que me hagas un oral... y también quiero intentar anal. — respondió por fin con las mejillas encendidas.

Aldo le miró con los ojos abiertos y abrió la boca para decir algo, sin embargo nada coherente salió de esta.

— Sino quieres esta bien Aldo, lo ent- — fue interrumpida por los dedos del moreno sobre sus labios, pidiéndole que callara.

— Sh, sh, sh, no es eso, bonita. — expresó, retirando sus dedos de los labios ajenos. — Es sólo que he deseado hacer esto contigo desde hace mucho y... joder ya estoy bien tieso de la emoción...

Levantó sus caderas para mostrar su punto y Jade gimió ante el roce del miembro de su novio contra su coño vestido. Subió sus manos al rostro de Aldo y apretó un poco sobre su mandíbula, como sabía que al moreno le encantaba y volvió a moler su coño contra su pene, amando el escalofrío de anticipación que los recorrió a ambos.

— ¿Entonces qué esperas papi? — murmuró la castaña. — Hazme tuya de una y mil formas...

Aldo gimió roncó ante las palabras de su chica y la besó duramente, un beso abrazador donde sus lenguas batallaban por ver quién dominaba. Sin romper tan erótico beso, el moreno se puso de pie con la chica en sus brazos, como si esta no pesará nada y caminó a la recámara, dejándola en esa cama donde tantas veces ya lo habían hecho de una y mil maneras.

Wildflower || ALDO GEO OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora