- Pero, Harry... Yo te amo. - murmuró Louis con los ojos inyectados en lágrimas. Harry frunció el ceño y azotó la puerta de madera en sus narices.
- ¡Pues yo no! ¡Lárgate de mí maldita casa! - Gritó en sollozo deslizándose tenuemente por la puerta friolenta. Los brazos le abrazaron con pudor sus rodillas mientras su cabeza se hundía entre ellas. Odiaba a Louis con toda su escencia. No lo quería ver por el resto de su vida. ¡Maldito arrastrado!
Secó bruscamente sus lágrimas cristalinas y se paró con rabia para dirigirse a su recámara.
Los pasos de Harry sonaban cómo truenos en los escalones cubiertos por alfombras. Cada paso que daba era una maldición soltada por sus labios secos.
Llegó a su habitación y su mirada se trastornó a una gélida sin rastro de emoción. Miró la cama, las sabanas lilas estaban esparcidas desordenadamente sobre el colchón.
-Te doy cinco minutos para retirarte, a menos que quieras que suelte a mí perro. - Las sabanas se removieron con ímpetu. Un pie morocho se deslizó fuera de ésta. Lo único que divaga por la mente de Harry era; Que no sea él. Que no sea él. Que no sea él. Pero, cuándo las mantas se abrieron paso no se sorprendió, o al menos, no lo demostró porque
Era él.
Harry respiró profundo, cerró los ojos en momentánea para controlar esas lágrimas que amenazaban con salir.
- Lo siento. - Susurró el hombre frente a él. Harry abrió los ojos medio abrumado y avanzó un paso con enojo, el moreno retrocedió provocando la risa ahogada del ojiverde.
-¿Que sientes? ¿El destruir mí matrimonio ó el acabar con nuestra amistad? - El morocho se removió inquieto aún con las sabanas tapando su entrepierna. Miró al piso: Avergonzado... arrepentido. - ¡Conesta, Zayn!
-Yo... sólo. Perdóname, Harry. Perdóname. - Suplicó inclinandose con desespero. Harry alzó una mano en gesto de callar.
- Te invité a la cena para que celebraremos en familia los quince años de casados con mí esposo. ¿Qué fué lo que dijiste? - preguntó Harry aparentando tranquilidad.
-Perdóname. Yo ...
-¿¡Qué fue lo que dijiste! ?
-Que estaba enfermo... - susurró mortificado. Zayn bajó la mirada con lágrimas cayendo apresuradamente por las mejillas.
- Oh, pobre Zayn. ¿Sabes la maldita humillación que sentí cuándo Louis no se presentó? ¿Sabes lo que fue tener que aguantar los malditos murmullos por cinco horas por que Louis ni se inmutó por llamarme? O tan siquiera, ¿Sabes lo que fue ver a mi esposo penetrar a mí mejor amigo? ¿Lo sabes Zayn? ¿Te lo imaginas? - Zayn sollozó absorbiendo su nariz. - Esto lo sabrá Liam.
-No, por favor.
-Lárgate antes de que llamé a la policía por allanamiento.
Zayn cogió sus prendas y echandole una última mirada a Harry salió del lugar.
[***]
Eran pasadas las cuatro de la mañana cuándo el timbre de casa sonó. Harry se levantó de la cama como dolor de cabeza.
Sólo se acordaba de haber llorado mientras tomaba Whisky y lanzaba con resentimiento las sabanas al fuego.
Caminó con pereza hacía la puerta principal. Que sorpresa la que se llevó.
Louis tenía rasguños por toda la cara y ropa. Sus ojos no tenían rastro de vida pero al ver a Harry una sonrisa se iluminó.
Harry por supuesto chilló de preocupación, pero rápidamente se enderezó con frialdad.
-¿Qué es lo que quieres...?
-Cállate y escucha. Te amo, ¿Si? Te amo con cada maldita célula de mí cuerpo. Te amo, Harry. Te quiero a mí lado, te quiero conmigo por toda mí vida. Cometí un gran error, ¿De acuerdo? Me arrepiento mucho. Mi amor, eres lo que siempre soñé. Sin tí no vivo y mí juicio está nublado porque sin tu luz no podré más, Harry. No te pido que me perdones, pero, por favor, dame un último beso. - Harry abrió la boca pero una vez más Louis lo interrumpió. - Juro que me iré después de esto, Hazz. Lo juro.
No pensó.
No lo hizo. Solo se arrojó a sus brazos para propinarle una fuerte cachetada. Louis quedó aturdido pero Harry rápidamente tomó sus mejillas para plantarle un beso con mucho amor. La lengua de Louis se adentró sin vergüenza por la boca de Harry. Ambos suspirarón separándose del beso y juntaron sus frentes.
-No me gusta que tomes, amor. - Murmuró Louis volviendo a besarle.
Harry se separó un poco más, aun tenía sus brazos enrollados por el cuello de Louis.
- Te amo. - besó su mejilla. - Pero eres un idiota.
-Soy tu idiota...
-Mí gran idiota. - Murmuró besándolo de nuevo.
El teléfono fijo sonó con inquietud. Harry se separó sonriendo y se dirigió a él.
-Habla Harry.
-Señor, Tomlinson. Mi más sentido pésame.
-¿Disculpe?
-Oh... no sabe - murmuró. - Su esposo Louis a muerto.
Harry dejó caer el teléfono sin importarle nada. Volteó su rostro en dirección a la puerta dónde Louis estaba.
-Te amo. - murmuró él ojiazul. Harry no parpadeó, miraba atónito a Louis. Temía que si parpadeaba su esposo desaparecía.
-Lou...
Se fué.