𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐎𝐍𝐄 ──── 𝑷𝑹𝑶𝑳𝑶𝑮𝑼𝑬

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The Three Heads of the Dragon

The Three Heads of the Dragon

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AÑO 282.D.C








Una fuerte tormenta azotaba la isla de Rocadragón, el asentamiento ancestral de la casa Targaryen. Estandartes con las tres cabezas del dragón tan rojos como la sangre y el fondo de color negro , aun mojadas por la lluvia, rafagas de vientos hacian que ondearan .Cuando un fuerte estruendo resonó en toda la isla, el grito desgarrador de Rhaella parecía escucharse al mismo tiempo.

En una de las recámaras del castillo, se encontraba la Reina Rhaella, recostada en la cama de parto, siendo atendida por el Maestre y por las parteras. Rhaella, ya sabía lo que estaba pasando, conocía el dolor y todo el esfuerzo que requería al momento de dar a luz. Desde el nacimiento de su primogénito, el príncipe Rhaegar, las pérdidas de varios hijos hasta el exitoso nacimiento del príncipe Viserys, hace seis años. El nuevo heredero que pronto llegaría al mundo, sería el anhelo de Rhaella que nacería con vida, sano y que esperaba que viviera más tiempo de lo que sus hermanos fallecidos no pudieron.

─Una vez más, Majestad. ─dijo el Maestre, quien se encontraba revisando la parte baja de Rhaella, ella asintió con pocas fuerzas.

Ahogando un grito, apretando los puños de su mano. Rhaella se encorvó hacia delante y gritó con las fuerzas que le quedaban. Cayendo lágrimas de sus mejillas, gotas de sudor en las sabanas. Las doncellas de Rhaella, querían ayudarla a que todo fuera menos doloroso, pero lo único que podían hacer era observar a su reina retorcerse de dolor. Y una vez más, Rhaella tomó con fuerzas las manos de una partera y una de sus doncellas. Un último grito agonizante, sentía que algo resbalaba de entre sus piernas. Finalmente, la reina dejaría caer su cabeza en la almohada. Agitada, recuperando la respiración y poco a poco todo el esfuerzo que había dejado.

El llanto de un bebé, era el que ahora se escuchaba en la habitación. Rhaella sonrió ligeramente y una lagrima cayo de su mejilla. Apenas, tuvo la fuerza para levantar su cabeza, cuando miro al Maestre envolver a su hijo recién nacido en una manta. Las parteras y doncellas lloraban de alegría.

─Felicitaciones, Majestad. Un varón. Un nuevo heredero.─anunció el Maestre mientras caminaba con el recién nacido hacia la reina.

Intentó levantarse pero sus brazos temblaban. Una partera y dos de sus doncellas, la ayudaron a recostarse sobre el respaldo de la cama, acomodando las almohadas sobre su espalda. Rhaella recibió en sus brazos a su nuevo hijo. Tenía lágrimas en los ojos, podría entenderse que fue debido al dolor de parto pero también lo eran de felicidad.

Apenas el bebé estuvo en sus brazos, cerca de su pecho, este dejó de llorar. Ella sonrió y miró detenidamente a su recién nacido. Mejillas rosadas, cabello rubio blanco como la nieve, al tocarlo con las yemas de sus dedos de alguna manera supo que había heredado el suyo, liso con las puntas onduladas. Tan pequeño y hermoso, pensó Rhaella.

𝑨 𝑺𝑶𝑵𝑮 𝑶𝑭 𝑰𝑪𝑬 𝑨𝑵𝑫 𝑭𝑰𝑹𝑬 (𝐒𝐚𝐧𝐬𝐚 & 𝐃𝐚𝐞𝐫𝐨𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora