espiral

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Advertencia: hechos modificados para la historia, ni Carola, ni los hijos de Sergio, ni Kelly, ni Penélope forman parte de la vida de ambos.

Max Verstappen no debía enamorarse, lo tenía prácticamente prohibido. Su único deber y obligación era mantenerse concentrado en ser el campeón mundial de la fórmula 1, su padre, Jos Verstappen, se lo recordaba una y otra vez, los omegas como ellos no podían permitirse ser débiles a causa del amor, así que no dejarse llevar por su instinto animal era esencial para sobrevivir en el deporte.

Jos lo repetía todos los días antes de cada práctica y carrera, su prioridad era ganar. Cuando era más pequeño no entendía la insistencia de su padre, al cumplir 14 pensó que, probablemente su papá no quería que al igual que él, fuera rechazado y desmeritado por el simple hecho de ser un omega en un deporte dominado por alfas, a los 16 finalmente entendió que su papá omega realmente quería decirle que no cometiera sus mismos errores y no se enamorará de un alfa como le había sucedido al conocer a Michael Schumacher, el padre alfa de Max.

Emilian era consciente de que las cosas entre sus padres no habían terminado bien, recuerda claramente la separación de ambos, tenía solamente 7 años cuando todo se complicó, y aunque en su momento Jos no le había dado más explicaciones a él y a su hermana, Victoria, al momento de conocer a Mick Schumacher, un piloto joven igual que él, unos cuantos meses mayor que su hermana, parecido a su padre y con el mismo apellido, le fue tan sencillo como sumar dos más dos para comprender que una infidelidad había destruido todo.

Ahora, el neerlandés reconocía que había cumplido con todo lo que su padre le pedía, pasaba de frente a cada alfa que se le acercaba con intenciones románticas, rechazando cada gesto con tintes de cortejo, había aprendido a vivir sus celos por si solo con tal de no tener ningún alfa cerca y caer en la tentación, y siendo sinceros, su lobo y él nunca desearon la atención de un alfa sobre ellos, al menos no hasta que conoció a Sergio Pérez.

La primera vez que vió a Sergio fue en 2015, todo a la distancia. Había escuchado algunas cosas del mexicano, sabía por su compañero, Carlos Sainz, que algunos omegas de la parrilla, como Daniil Kvyat, estaban interesados en el alfa con bonitas pecas, fue en ese momento que su propio lobo se volvió difícil de controlar y pasaba más de la mitad de su tiempo gruñendo y reclamándole por no acercarse al alfa y pedirle que los marcara y los convirtiera oficialmente en su pareja, en su omega.

Afortunadamente, con un poco de esfuerzo y supresores podía mantener a su lobo bajo control y era incluso capaz de estar cerca del alfa sin verse como un tonto enamorado de él, pero ya como piloto de red bull, con la noticia por parte de Christian Horner de que Sergio sería su compañero en la temporada 2021 supo que no podría ocultarlo más, incluso sus amigos, Charles, Carlos y Pierre le hacía burla con su enamoramiento hacia el alfa, por dios, hasta él estaba seguro que se le notaba al caminar lo loco que lo tenía el tapatío.

Odiaba un poco a Sergio por ser tan amable y atento con él y con todos, le sonría a todo mundo, se portaba coqueto con las y los omegas, incluso con los alfas de la parrilla, podía asegurar que en más de una ocasión presenció al alfa siendo coqueto con Carlos.
Probablemente, lo que más le molestaba era que Sergio fuera así con todos y no exclusivamente con él, también estaba el hecho de que le confesara que si mantuvo una corta relación con Daniil Kvyat, ese maldito omega seguía recorriendo el paddock en algunas ocasiones, provocándole celos. Sumado a esto, Pérez era muy curioso, y en distintas ocasiones le había preguntado acerca de su vida amorosa y si estaba interesado en alguien, por supuesto que cada vez lo negó de inmediato, recordando las palabras de su padre, queriendo proteger su propio corazón, había sido testigo del sufrimiento de su papá omega, definitivamente no quería pasar por lo mismo, pero Sergio se lo hacía tan complicado con su bonita sonrisa, sus preciosos ojos cafés, su cabello ligeramente ondulado y su porte seguro, siendo atractivo en exceso con su aroma a chocolate amargo y menta, en el cual Max quería hundirse. Así que, si Sergio volvía a preguntarle acerca de su interés romántico, terminaría confesando que a su lado sentía estrellas en la piel.

En el mundo de cristal e imperfecto de Max, el alfa mexicano estaba destinado a ser su principio y final. Verstappen no era ciego, se conocía a si mismo atractivo, y claro está, sabía que muchos alfas lo deseaban, estaba también al tanto que no era indiferente para Sergio, después de todo, Carlos se lo había confesado, bendito fuera el español por ser uno de los mejores amigos de Sergio.

Al finalizar la temporada de 2021 se decidió finalmente a dejar de lado las prohibiciones de su padre omega, Jos Verstappen debería aceptar que su hijo no era de piedra y que en algún momento desearía unirse con un alfa, amar y ser amado.
Haría todo porque Sergio fuera suyo. No se lo daría como una opción al tapatío, simplemente haría caso a su instinto, tomando para si a quien la luna designó para hacerlo feliz, amarlo y complacerlo, permitiéndose por primera vez en su vida, volver realidad sus propios sueños y deseos, no los de alguien más. Sergio Pérez conocería de lo que es capaz Max Verstappen por robar su amor.

mágico » chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora