¿De vuelta a casa?

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La vida es sufrimiento, la vida implica dinamismo (movimiento) en el cuál el dolor forma parte de este movimiento. Después de la derrota de Aku por parte de samurai Jack y la pronta pérdida de su novia Ashi; Jack entra en un estado de depresión, del cuál solo por unos breves momentos se le olvida al mirar catarinas el animal favorito de Ashi: ¡Ahh! ¡Ojalá Ashi estuviera aquí en este verdoso campo a mirar las cientos de catarinas revoloteando alrededor! El samurai se decía así mismo. De repente una persona le toma del hombro: ¡Hijo! Te veo melancólico: ¿Por qué no vienes a casa a tomar una taza de té?- decía la madre de Jack, preocupada por lo que había pasado unos días atrás en la boda de su hijo. Madre, ahora quiero estar solo.- El samurai insistía que hundirse en su soledad para guardar luto. No es saludable que estés aquí, recordando el pasado, sabemos el porqué Ashi se fue y sabemos que su vida estaba atada a la de Aku. La señora quería seguir hablando pero fue interrumpida abruptamente: ¡Silencio Madre! Quiero estar solo. Su madre (triste) con una lágrima recorriéndole el rostro, decide quedarse callada y pasar a retirarse. Una vez más, Jack está solo sin que nadie lo acompañe. El guerrero se acuesta sobre la hierva y procede a dormir: 

-¡Jack! ¡Jack! ¡Jack despierta! Dice una voz femenina; ¡Mamá! He dicho que no quiero ir a tomar té.- Samurai Jack responde; ¡No tonto! ¡Despierta!.- Replica esa voz femenina. Jack abre los ojos y no puede creer lo que está pasando: Ashi (el amor de su vida) está viva ¡está viva! ¡no puede creerlo!. ¡Jack! Esto es un sueño, yo no soy Ashi, ella está muerta.- La chica enfrente de él le sonríe mientras sostiene su mano para que el samurai la tomase. Jack descepcionado decide tomar su mano, levantarse y llorar desconsoladamente. La mujer que tiene la apariencia y voz de Ashi se le acerca envolviéndolo en un abrazo, de repente Jack se le vienen recuerdos de cómo Ashi y él convivían juntos y él como juntos viajaron al pasado para derrotar a Aku. Algo interrumpe su sueño: ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof Cof Cof! ¿Qué es Cof cof, pero qué es esto? ¡Cof cof cof cof!.- El samurai se está diciendo así mismo y al mismo tiempo se agarra la boca para tapársela. Al verse la palma de la mano puede observar algo aberrante y que no había tomando en cuenta por debido a su depresión. En su mano había sangre, sangre del samurai. Sin saber que es, no le da más importancia. Ese fue el mayor error que estaría cometiendo en su vida, ese pequeño incidente resultaría ser el síntoma para una enfermedad mortal, que por medios convencionales nunca habría podido curarse y solo remedios milagrosos serían capaces de combatir la enfermedad, sin embargo a Jack ya no le importaba su salud, a qué costo fue sacrificar al amor de su vida por el bien de la humanidad. Sabía que lo que estaba haciendo era lo correcto pero eso no estaba borrando su sentimiento de pérdida de Ashi, a Samurai Jack ya no le importaba vivir, él en secreto y negándose a aceptarlo... él quería morir. Pasando los meses en dónde su familia hizo de todo para curarlo pero simplemente la enfermedad no parece ceder, lo que alimentaba esa enfermedad eran las pocas ganas de vivir. Jack ya no tenía más que hacer en este mundo, ya la humanidad había sido salvada por Aku y su novia estaba muerta: ¿Qué más podría hacer por el mundo?- Jack diciéndose en sus pensamientos, mientras estaba en cama respirando sus últimos alientos. Sus padres preocupados y no sabiendo nada más que hacer se reunen resignados que su hijo perzca ante esa enfermedad. Mamá, papá... muchas gracias por todo. Finalmente Jack muere y sus padres no aguantan el sentimiento, la madre se tira a llorar y el padre pilar de la familia se aguanta su dolor y ganas de llorar. Esta noticia recorre el mundo y la gran mayoría de los que entrenaron a Jack así como amistades se reunen para estar en el día del funeral a despedir por última vez no tanto como al salvador del mundo sino a un gran amigo que compartía su tiempo con ellos. Mis más sentido pesame, señor Miyamoto- Decía Robin Hood mientras saludaba en el estilo japones, sorpresivamente el padre de Jack abraza al arquero. Robin Hood corresponde el abrazo, pasando los segundos el señor Miyamoto deja ir al chico británico. Pasó algo similar con la señora Miyamoto y los demás visitantes. ¡Hoy este día es de luto! ¡Hoy! ¡Este día es para recordar a un gran hoji, a un gran amigo y a un gran hombre! ¡Alguien que salvó al mundo de las garras del temible Aku!- El discurso del señor Miyamoto duró 5 horas. Nadie dejó de prestar atención a las palabras de un hombre que en un pasado había derrotado al terrible Aku y que ahora su hijo se le había adelantado en el final de la vida. El mensaje principal era, las desiciones que uno maneje incluso al momento de nuestra muerte, eso determina quiénes somos en realidad.

Un samurai en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora