Buenas noticias y malas noticias

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Jack agarra tierra y se aplica en su herida para intentar frenar su hemorragía que no cedía en calmarse: ¡Uggh! Esa arma debe ser mágica o maldita. Esta herida no se calma de sangrar. Sus ojos se sienten cansados, con ganas de cerrarse, su conciencia quería desvanecerse ante la falta de sangre y la fatiga de haber luchado contra esos sujetos enmascarados. Sin embargo, el samurai sabe que si se detiene a descanzar sería su fin o que algún depredador merodearía cerca. Justo cuando iba a desistir él oye una voz que al principio no podía reconocer, pensó que era alguna clase de gruñido de algún animal pero al escuchar más atentamente pudo distinguir que era la voz de una persona: ¿Quién será?.- Jack se dice a sí mismo mientras abría los ojos, pero sin distinguir ya que su voz era borrosa. Sin soportarlo más, Jack se desmaya cayendo inconciente a las faldas del árbol dónde descanzaba.

Usando otro punto de vista, Lucifer se fue volando -a toda velocidad- desde el Hotel Hazbin hasta las afueras de Ciudad Pentagrama. Cuando llega al bosque se dispone a buscar al pecador. Busca usando su máxima velocidad corriendo en círculos alrededor, y cuando iba a rendirse ve a alguien tirado cerca de un árbol. Lucifer logra recordar quién es, es aquel pecador que masacró a los exorcistas. Al dirigirse con él trata de hablarle pero el pecador se desmaya cayendo al suelo. Lucifer tenía una idea en mente... matarlo, pero luego le llega a su mente su hija y su proyecto de redimir pecadores así que decide revisarlo. Se da cuenta de que el pecador es un hombre joven -quiza unos 25 años- despejando el cabello largo puede observar que los rasgos de este muchacho son finos, con un mentón enorme pero con una nariz larga y respingada. Lo más preocupante es que este joven tendría en su hombro una herida que no paraba de sangrar, y con tierra encima esta podría infectarse: Un arma angélical debió lastimarlo, me será díficil desinfectar y tratar su herida, ¡Veré que puedo hacer!.- Lucifer diciendo esto último con voz alta mientras posaba sus manos en la herida del pecador para empezar a brillar, pasando unos cuántos segundos la laceración cedía y la suciedad encima comenzaba a desaparecer. Esto molesta al samurai causando que despierte de su letargo, cuando lo hace por instinto golpea a Lucifer y este retrocede a tiempo para no ser lastimado. Al parecer la curación le había dolido, ahora está furioso y el samurai está en su... por así decirlo -su modo Berserk- no se si sea la forma más indicada de ponerle nombre pero me estaría refiriendo a la transformación que algunos demonios han implementado para intimidar o destilar su rabia asesina. Para aquellos que ya han visto la serie de Hazbin Hotel cada vez que Alastor se enoja o se regocija con el sufrimiento de sus enemigos este cambia de forma a una más inquietante. Otro ejemplo sería Charlie Morgnistar o Lucifer Morgnistar cada vez que destilan su inconformidad o están a punto de pelear. Bueno, todos los demonios pueden cambiar de forma cada vez que pierden la paciencia o van a pelear, Jack no era un caso diferente: El samurai crece en estatura, brazos y piernas pierden musculatura, su torso pierde tonificación dejándose ver sus costillas. El rostro de Jack se mira demacrado, con ojeras con una cara muy delgada. Su aspecto era idéntica a la de un paciente terminal en un hospital, o una persona moribunda afectada por alguna plaga de la edad media. Nada más lejos de la realidad, que su apariencia de moribundo no les engañe, esa era la forma berserk de samurai Jack. Sin contar el hecho de que cada vez que aumentaba su poder su apariencia también se asemejaba a la de Aku, las protuberancias que están de lado a lado de su cabeza crecían hasta convertirse en unos cuernos parecidos a los del shogún del dolor. Además de que las cejas de Jack se transforman en flamas rojas así cómo a Aku. Lucifer podía sentir el instinto asesino del samurai, no era tan grande cómo las veces anteriores (debido a su herida y a su agotamiento) pero si lo suficiente para hacer sudar del miedo al ángel caído. Lucifer ve cómo el pecador saca su sable de su vaina, en una velocidad segadora el pecador ataca tratando de cortar a Lucifer, por suerte Lucifer tenía reflejos lo sufientemente águdos para poder escapar así que ellos empiezan a pelear. Lucifer esquivando los golpes de la katana y Jack atacando, el ángel caído no logra huir de cada golpe de katana por lo que logra cortar -por suerte- esa espada no logra lastimar gravemente a Lucifer solo le logra hacer un rasguño en su brazo, pero el rey del infierno se da cuenta de que la herida infringida parecía derretir la carne de su cuerpo por lo que utiliza su poder mágico para cerrar esa herida: ¡Mierda! Esa herida no me la había hecho nada, ni siquiera el poder de mis hermanos ángeles.- Lucifer dice mientras el pecador seguía atacando. Improvisando una estrategia para ganar, sin que Jack se diese cuenta una rafaga de poder del rey del infierno impacta y explota contra la cabeza (aturdiéndolo) lo cuál Lucifer aprovecha la oportunidad para usar su velocidad y colocarse detrás del samurai golpeándolo en la nuca dejándolo inconciente. Pasa el tiempo y Jack logra despertar: Lo primero que ve es a un hombre con sombrero blanco y vestiduras blancas extravagantes, al mirar su cara pareciera maquillaje ya que esta tiene olluelos; ¿Qué es eso, será alguna clase de bufón?.- el samurai preguntaba en sus pensamientos.

Un samurai en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora