Capitulo 3

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Al llegar al pabellón veía todo borroso (JA pues claro si estas borracha) Me junté con mis compañeras en el vestuario mientras nos cambiábamos todas. (NO SOY LESBIANA) 

-¡¡¡A CALENTAR YA!!! -gritó el entrenador.


Después del calentamiento, fuimos al saludo y dieron el comienzo al partido.

-¡Andrea cubre en 5! -me dijo el entrenador desde el banquillo. A veces perdíamos puntos porque con la vista borrosa daba en un lugar donde el balón no venía y le daba al aire, mis compañeras me miraban extrañadas y yo sonreía. 

Ibamos ganando pero ahora el balón lo llevaban ellas, sacaron, recibí Luisa, la capitana del equipo, Laura colocó y el remate de Nuria nos aseguro la victoria. Comenzamos a gritar todas en el centro del campo y a dar vueltas mientras las barbies nos miraban con mala cara.

-¡PUTAS! -gritó una barbie que tenía el pelo rosa artificial obviamente. Reí ante la idea de pensar en un bebé que naciera con el pelo rosa. -¡Y TU DE QUE TE RÍES ZORRA! -  la barbie se acercó a mi.

-De tu horrible cara -empecé a reir en carcajadas. Iba a pegarme una cachetada pero la paré antes de que pudiera hacerlo. -Tsssssssss, ahora si la has cagado. - le tiré de su pelo rosa artificial y ella gritaba de dolor, en ese momento y su precioso trasero, se quedó apoyado en el suelo. Todo el mundo me gritaba que parara e incluso las gradas se pusieron a gritar, ellos querían guerra y yo se la iba a dar. Pero unas manos me agarraron de la cintura e impidieron que le pegara un puñetazo a esa zorrita bonita de papi. -¡SUÉLTAME! -intente escaparme pero nada asunto fallido.- ¡SEAS QUIÉN SEAS SUÉLTAME! 

-Shhh, calla pequeña - maldito Alex.

-Pero yo quería reventar a esa niña operada. -puse carita de cachorro. 

-Sabes que por eso te van a sancionar y no vas a poder ir ni a entrenar ni a jugar partidos -dijo metiéndome a su auto.

-Me da igual - me abrocha el cinturón y se sienta en el piloto.

-Sabes que no, es tu sueño Andrea y no lo debes desperdiciar por unos impulsos de borracha. 

-Ya no estoy borracha -suspiro indignada.

-Pero antes si lo estabas, sigo sin entender como has podido jugar -estalla en carcajadas.

-Yo tampoco -contesto uniéndome a su risa- 

-Vamos te llevaré a la residencia (no una de ancianos, vivo en la residencia del instituto)  -asiento lentamente.

En el regreso a casa me la pase hablando con Alex sobre la fiesta de anoche, estábamos tan borrachos, que ni si quiera nos dimos cuenta de las personas que había en la casa.

Llego a mi habitación y me tiro a mi cama para descansar. 

*********

¿Qué os parece? Esto es solo el principio y he decidido hacerlo un poco con humor ya que más adelante la historia será más triste y... no os digo más era una pequeña pista. Perdón por las faltas. Besos <3

Cartas anónimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora