El club vibraba con la energía de una noche de verano. Las luces parpadeaban al ritmo de la música, mientras el aroma de las bebidas mezcladas flotaba en el aire. Tim Drake, un joven omega de cabello oscuro, estaba sentado en la barra, rodeado de amigos y disfrutando de la atención que atraía naturalmente. Las risas y los cumplidos fluían fácilmente entre el grupo, pero los ojos de Tim seguían regresando a un rincón del club, donde Damián Wayne, un alfa de presencia imponente, observaba todo con una mirada intensa.
Damián, conocido por su carácter reservado y su habilidad en las artes marciales, intentaba ignorar la creciente irritación en su pecho al ver a Tim rodeado de otros alfas que parecían demasiado interesados en él. Aunque se negaba a admitirlo, una chispa de celos se encendía cada vez que Tim sonreía o reía con alguno de ellos. No podía evitar sentirse así hacia Tim, y esa noche su paciencia estaba llegando a su límite.
El momento decisivo llegó cuando uno de los alfas se acercó demasiado, susurrando algo al oído de Tim que le hizo sonreír. Damián se levantó, con el ceño fruncido, y se dirigió hacia Tim con paso firme y decidido. La multitud se apartó a su paso, percibiendo la tensión en el aire.
-¿Damián?-Tim levantó la mirada, sorprendido pero divertido al ver a Damián plantado frente a él-¿Te unes a la fiesta?
-A casa-replicó Damián, sin molestarse en disimular el tono autoritario en su voz.
Tim alzó una ceja, claramente entretenido por el comportamiento de Damián. Pero antes de que pudiera decir algo más, Damián se inclinó y, con un movimiento seguro, cargó a Tim sobre su hombro. Las risas y los comentarios sorprendidos de los amigos de Tim los siguieron mientras Damián se abría paso hacia la salida.
-¡Damián!-protestó Tim, entre risas-¿¡Qué haces!?
-Estás demasiado borracho para estar aquí-respondió Damián mientras llegaban al auto.
En el coche, Tim no pudo evitar burlarse de la situación, disfrutando del momento.
-¿Estás celoso, Wayne?- bromeó Tim apoyando su cabeza en el asiento y girando a mirarlo, su tono era una mezcla de diversión y desafío.
Damián soltó un bufido, manteniendo los ojos en la carretera.
-No me hagas reír, Drake. Estoy aquí para asegurarme de que no hagas algo estúpido.
El resto del viaje transcurrió con Tim provocando a Damián y riendo por lo bajo. Damián permanecía en silencio, aunque por momentos sus labios amenazaban con curvarse en una sonrisa.
Al llegar a la mansión Wayne, Damián ayudó a Tim a salir del coche, volviéndoselo a echar sobre el hombro firmemente mientras subían las escaleras.
-El mundo al revés no es mi favorito...
-Que pena-Dijo con notorio sarcasmo.
En el dormitorio de Tim, Damián lo dejó caer sobre el colchón y Tim se quitó las zapatillas con los pies para después recostarse y miró a Damián con una expresión traviesa.
-Gracias por rescatarme, caballero de brillante armadura -dijo Tim, su voz suave y burlona.
Damián rodó los ojos, dando la vuelta para salir del cuarto, pero fue detenido por la voz de Tim.
-Damián, quédate-pidió Tim, esta vez con un tono más cariñoso.
Damián se detuvo, girándose lentamente para encontrarse con unos ojos azules que brillaban como dos luceros. Dudó un momento, pero finalmente cerró la puerta y regresó junto a Tim, sentándose en el borde de la cama.
-A dormir me refería...-Damián sintió que su corazón se suavizaba ante esas palabras. Lentamente, se recostó al lado de Tim, sintiendo cómo el omega se acomodaba contra su pecho, buscando su calor.
-Espero que mañana no me eches a patadas-Habló Damián en voz baja, permitiendo que sus dedos acariciaran suavemente el cabello del OmegaTim sonrió, cerrando los ojos mientras se relajaba en los brazos de Damián. La seguridad y el calor que sentía a su lado eran curiosos.
No me gustas
No eres mí Alfa
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Te odio |DamiánxTim|
أدب المراهقين━Me gusta que te duela. Te recordará que he estado ahí, solo yo.