"Call me in the morning to apologize
Every little lie gives me butterflies
Something in the way you're looking through my eyes
Don't know if I'm gonna make it out alive"Estaba recostado en mi cama mientras ella fumaba un cigarrillo afuera solo con mi camisa puesta.
Este mismo escenario pasaba 2 o 3 veces por semana.
Teníamos una gran pelea, ambos salíamos heridos, llegábamos a mi Penthouse, nos curábamos y teníamos un rato de pasión.
Creo que el hecho de que seamos enemigos a muerte lo hace más emocionante.
Yo era el héroe de la ciudad. Al que los niños aspiraban a ser. El que siempre ayudaba y salvaba a todos. La cara de la seguridad de la ciudad.
Ella era todo lo contrario. La villana. La que todos temían. La protagonista de todos los cuentos de terror que los padres les contaban a sus hijos para advertirles de algo. La cara del caos de la ciudad.
Dos caras de la misma moneda, que se atraían malditamente como imanes.
No les voy a mentir, éramos unos tóxicos de mierda.
De día nos intentábamos matar y de noche solo queríamos estar lo más cerca del otro posible.
Al principio no era nada serio. Unos pocos encuentros y ya está.
Ninguno de los dos pensó que quedaríamos con ganas de más.
Y puede que ese haya sido el peor error de nuestras vidas. Bueno, más de la mía que de la suya.
Ella era muy impulsiva, siempre haciendo lo que su instinto le decía, sin pensar mucho las consecuencias que tendría para el resto o para ella misma.
Capaz eso fue lo que acabo con todo. Con ella. Conmigo.
Ambos teníamos miedo al compromiso, sentíamos que nuestras labores como héroe y villana eran más fuertes e importantes.
Pero fue imposible para mí no enamorarme de ella.
Ella era tan cautivante, carismática. Era imposible no quedar enredado en ella.
Capaz si no le hubiera dicho que la amaba, todo hubiera sido diferente.
O capaz no, pero, ¿Quién sabe?Aunque preferiría pensar lo contrario, creo firmemente que estuvimos destinados al fracaso desde el comienzo.
Digo, ¿Cómo podría funcionar una relación en la que ambas partes se intentan matar casi todos los días?
Secretamente, creo que siempre pensé que, desde que empezamos este desastre, cada batalla iba a ser la última.
Que por fin alguno de los dos iba a entrar en razón y al fin matar al otro.Sin embargo, nunca pensé que iba a ser esta en particular.
O capaz sólo me convencí a ello.Aunque seamos honestos, alguno de nosotros iba a morir en algún minuto, estábamos destinados a ello.
Si ella moría, todos iban a celebrar y me alabarían. Si yo moría, todos pensarían que es el fin y que todos estarían acabados.
Pero si los dos moríamos al mismo tiempo, ¿Sucedería algo? ¿A alguien le importaría?
En lo personal no lo creo. Somos una sociedad tan individualista que, si ya no hay dos personas que amenazaban a su seguridad, no importaba su muerte, porque no les afectaba directamente.Pero, ¿A nosotros dos? Fue como el mismísimo infierno.
O mejor dicho, es.
Ver el arrepentimiento instantáneo en su cara después de atravesarme el abdomen con esa vara de metal fue una imagen terrible para mí, pero verla incrustarse en ella conmigo... Fue lo peor que pude haber visto nunca.
Escucharla decir que lo sentía una y otra vez me partía el alma.
Lo único que pude hacer en ese estado fue besarle la frente y decirle que todo estaba bien y que alguna vez iba a pasar, que estábamos destinados a ello.Agonizando, nos dimos ese ultimo beso. El beso de la muerte.
O capaz ese nunca fue nuestro beso de la muerte, si no que fue ese primer beso prohibido que nos dimos.
Al fin y al cabo, sus dientes eran demasiado filosos como para poder escapar.
Y su amor era tan atractivo que al final no eran sus dientes los que me mantenían atado a ella, sino que yo mismo era el que no quería escapar.
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ONE SHOT SONGS
Короткий рассказOne shots inspirados en canciones que tengo en mi playlist de Spotify