𝗮𝗳𝘁𝗲𝗿 𝗵𝗼𝘂𝗿𝘀, choso kamo.

𝗮𝗳𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗵𝗼𝘂𝗿𝘀 ── clingy.

pensando en tu novio acurrucado, de voz suave y muy pegajoso, descansando encima de ti, calentando sus manos debajo de tu camisa con su cabeza somnolienta acariciando tus tetas, no muy lejos de roncar burbujas de mocos, labios suaves besando la carne afelpada con murmullos mareados, tamborileando con sus dedos por tu muslos cuando los aprietas alrededor de él y, soñoliento, golpeas su bulto vestido contra tu montículo.

él clavará sus manos debajo de ti y te desabrochará el sostén, llegando a tocar tus tetas liberadas, levantando tu camisa para succionar necesitadamente tus lindos pezones como un bebé.

── Deja eso, es raro. ── te quejas, con la mano en su pelo, tratando de quitártelo de encima, pero él simplemente se queja a cambio.

── Pero, cariño, ¿por favor? ── rogándote con un puchero en los labios y las cejas fruncidas mientras te mira con grandes ojos de cachorrito girando en súplica.

y no puedes decirle que no cuando te mira así.

te rindes con un suspiro, sintiendo lo duro que está a través de sus pantalones mientras empuja el regordete saco contra ti sin sentido, y envuelve sus labios alrededor de tu pezón nuevamente, babeando sobre él mientras produce suaves gemidos.

no entiendes por qué insiste en ser tan... tan virginal, todo sigue siendo abrazos y sexo en seco, nunca con su mano alrededor de tu cuello o un fuerte golpe contra tu trasero., siempre rogando que le pongas la mano encima casi corriéndose en sus pantalones incluso antes de sacarse sus boxers, está tan desesperado, todo sonrojado encima de ti, con las mejillas húmedas y un rizo entre las cejas, los ojos cerrados de felicidad mientras se frota contra tus bragas, casi como si no quisiera salir por miedo a correrse. tan pronto como lo toca.

se desploma con un suspiro después de unos minutos, lamiendo tu cuello mientras su ropa interior se siente húmeda y manchada, y tú resoplas, habiendo quedado tú mismo con las bragas mojadas por todas las burlas.

── No te enojes ~ ── arrastra las palabras, dejando un camino de besos húmedos por tu pecho, sobre tu vientre, hasta que llega a la mancha húmeda en el encaje algodonoso que cubre tu raja.

y casi le estás rogando que lo deslice a un lado, pero como siempre, él se decide a besar tu clítoris en la nariz a través de la tela, sumergiendo su lengua en el rastro y lamiendote hasta que tus bragas estén empapadas mientras te corres. ribete transparente.

él sube de nuevo y te planta un beso en la mejilla antes de acariciar tus tetas con una sonrisa de satisfacción en su rostro.