ELECCIONES

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También llamado "los chicos malos no merecen a las chicas buenas"     

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     Katara es una buena chica.

   Amable, preocupada por los demás, con hermosos ojos azules que recuerdan las olas del mar. O al menos así es como Jet se imagina el mar. Él solo ha conocido ríos, su madre prometió una vez, hace años, llevarlo al mar, pero esa promesa murió -como muchas otras- cuando perdió a su familia.

  Su voz es suave y sus manos lo son aún más, y él siente una emoción extraña cada vez que ella le sonríe. Es ridículo, piensa, porque no es la primera vez que una chica bonita le sonríe. Tiene casi diecisiete años, y cuando bajan al pueblo en busca de suministros (o a robar algo que necesitan) es consciente de las miradas que algunas muchachas le dan por el rabillo del ojo en la calle, o hablándole directamente. Nunca le ha importado más allá de ser una oportunidad de obtener algo.

Pero con Katara es diferente.

 Y ella parece tan maravillada con sus historias y con su vida, con él, que se vuelve difícil mantener su máscara de seguridad por siempre. Es por eso que él le cuenta acerca de sus padres, y no hay ninguna mentira en esa historia. Sentados juntos frente a una fogata, mientras el Avatar duerme en una de las chozas y el apático hermano mayor hace lo propio, Jet hilvana lo poco que recuerda de su familia: como su madre solía cantar mientras hacía las tareas del hogar, o de la risa estruendosa de su padre mientras él lo seguía, emulando sus pasos. 

Le cuenta también los gritos y el terror de esa noche fatídica que aún regresa en sus pesadillas para atormentarlo.

  Los ojos de Katara son suaves, comprensivos, y brillan con lágrimas no derramadas cuando ella lo mira y dice "lo siento", y esa la frase más sincera que Jet ha escuchado alguna vez. Porque, ¿por qué lo siente ella? No es su nación la que comenzó la guerra, ella no es sino otra víctima más del genocidio de la tribu del fuego, igual que él y todos los niños bajo su cuidado. 

Pero ambos perdieron a sus madres y ella sabe cuánto duele.

  Ella le toma la mano y susurra que está bien, que ahora estará bien, que tiene algo por lo que luchar. Que tiene una familia entre los Luchadores de la Libertad, que no está solo.

  Con ambos solos, lejos por una vez del ojo sospechoso de Sokka, Jet ve la oportunidad al alcance de la mano. Podría acercarse y besarla, y tal vez ella lo permitiría. Está seguro de que él sería su primer beso; la idea lo tienta, haciéndole cosquillas en los nervios, instándolo a acercarse un poco más... pero en lugar de eso le devuelve la sonrisa y aprieta su mano pequeña entre sus dedos, aceptando su consuelo. 

   Katara es, en resumen, alguien por quien vale la pena luchar. Pero es lamentable que su sed de venganza sea aún más importante. Él podría seguirla, apoyar su causa por un mundo más justo mientras la observa convertirse en una Maestra en toda la regla. Podría... pero toda su existencia está enfocada en otro tema: el deseo de derribar a la nación del fuego arde más en sus entrañas -ironía- que su deseo por esos ojos azules.

  Es por eso que continúa con su plan, aunque sabe que eso le romperá el corazón y la alejará de él para siempre. Katara lo odiará cuando se entere, y él perderá su única oportunidad de tener una vida a su lado.

Tal vez eso sea lo mejor. Después de todo, él no la merece. 

Elecciones | JetaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora