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El reino GoldHearts era un reino que había surgido desde que Lucifer nació, si bien al principio había paz entre reinos, al padre de Lucifer no le agrado que el ejército Gold estuviera mejor armado y que el rey nunca dio su brazo a torser para que el armamento se dividiera entre ellos.
Y con sus padres fallecidos ahora le correspondía a Lucifer estar en este carruaje yendo hacia el castillo del rey Adam para dialogar cual podía ser la solución a ello, había oído que tenía un genio terrible y temía que iba a ser una conversación extensa y sobre todo tediosa que era lo que más deseaba que no pasara.

— Se le nota nervioso alteza.— Le menciona Alastor.

— Quizás porque fuiste insistente en venir conmigo.—

— ¿Ahora resulta que mi presencia le altera?, cielos alteza mejor podría decirme que le gusto y se acabaría este espectáculo.— Lucifer lo miro enojado aun que su sonrojo delataba que no del todo le molesto.

— Alastor en verdad te gusta molestarme con eso ¿no es así?—

— Bastante.— Alastor le sonríe aun que ya no hablan más debido a que el carruaje paro de improvisto.

Lucifer se asoma y se da cuenta que están en la entrada de el castillo, las puertas de metal eran imponentes y había un mínimo de 5 guardias abajo y dos en los altos de unas torres. El joven príncipe decidió bajar del carruaje aun que no había aun nadie para recibirle, Alastor también bajo aun que se quedo detrás del rubio analizando la zona buscando que no hubiera peligro.

Uno de los soldados se encaminó a ellos, la armadura de este reino eran aterradoras ante los ojos de Lucifer, eran totalmente negras y en la parte de la espalda estaba dibujadas lo que parecían dos lanzas cruzadas. El príncipe tomó aire y se puso derecho viendo al soldado que al verle tan serio y decidido se quito el casco de su armadura dejando a la vista que se trataba de una mujer de cabello platinado y agarrado en una pequeña coleta de caballo.

— Alteza real Lucifer Morningstar, lo esperábamos para llevarlo con el rey Adam.— Su voz era dulce pese a que hablaba con autoridad.

— Buen día, espero mi visita no sea tan larga para no quitarle tiempo de más a tu rey.—

— Para nada alteza, permitame acompañarlo hasta el salón para que puedan hablar.– La soldado ve como Alastor se acerca y su tono tan dulce cambió a uno lleno de desprecio.– Creímos que solo vendría usted alteza.—

Yo también...– Susurro Lucifer mirando hacia otro lado apenado porque había sido parte del acuerdo de que el solo vendría a visitar el castillo.– Le pido me perdone por haber traído a mi consejero, solo viene como espectador y no habrá problemas.—

— Esta bien, igual solo se trata de una charla amistosa. Sigamanme por favor.— Lucifer asintió y acompañado de Alastor fueron caminando detrás de la soldado.

Lucifer admiraba todo el lugar con genuino encanto, el castillo estaba rodeado de muchos árboles y de pequeños estanques, inclusive había animales del bosque que se paseaban por los alrededores sin problema alguno. El rubio quedó un momento fascinado al ver una fuente de agua de color blanco en medio de maleza, la estatua que había era la de una joven doncella muy preciosa que llamó la atención de Lucifer pero lo que más le encantó fue ver a la pequeña familia de patos que revoloteaba y nadaban en el agua tranquilos.

Alastor miro sonriente el rostro del príncipe que entre más caminaban por ese camino más se emocionaba; Se notaba que pese al tiempo Lucifer no cambiaba para nada.

Dentro de ya el castillo la soldado los guió subiendo unas escaleras de roca, el camino fue cansado para Lucifer pues cada escalón parecía haber estado diseñado para un gigante y sus piernas delgadas están pidiéndole descansar. Para su suerte una vez estando frente al final de las escaleras había la entrada al salón donde se encontraba Adam.

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⏰ Última actualización: Mar 20 ⏰

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𝐒𝐞𝐫𝐯𝐚𝐧𝐭 𝐎𝐟 𝐄𝐯𝐢𝐥 - 𝐑𝐚𝐝𝐢𝐨𝐀𝐩𝐩𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora