final (capitulo 21)

8 0 0
                                    

kenta kishimoto

Miré cómo sus ojos se abrían lentamente.  sentí como el alma me volvía al cuerpo cuando vi que ella haya despertado. No quería perderla. En eso, ella se dio la vuelta y me miró confundida, sin saber dónde estaba ni por qué.

-¿Kenta, qué pasó? - estaba confundida, no sabía cómo ni por qué había llegado ahí.

La abracé lo más fuerte que pude y lágrimas rodaron por mis mejillas. Me sentía la persona más feliz del mundo por ver que estaba bien, que estaba viva, que no se había ido de mi lado.

-Estás en el hospital. Un auto te atropelló. Estoy tan feliz de que estés bien.

En eso entró Kei y fue directo a abrazarla. Nos quedamos hablando los tres por horas, pero Kei se tuvo que ir a hablar con los doctores un rato. Miré por la ventana y vi cómo el sol se escondía y la luna salía.

— Mira, Yuki — señalé hacia la ventana — ¿Los ves?

— No, ¿qué cosa? — preguntó Yuki, su voz era una mezcla de emoción y curiosidad.

— Está anocheciendo, y es cuando podemos ver mi gran promesa, que sería tu mejor amigo, el cual nunca te abandonará.

Ella me regaló una dulce sonrisa.

¿Quién diría que sería la última vez que nos veríamos? ¿Qué sería la última vez que vería tu sonrisa? ¿Que esa misma noche te irías de mi vida para nunca volver?

¿Que esa misma noche morirías?

Eran como la 1 a. m. Me despertó el ruido de que me llamaban desde mi celular. Cuando contesté, escuché que era Kei; en su voz se notaba que estaba agitado y que estaba llorando. Me lo contó, me dijo que moriste porque una de tus costillas se había roto y perforó uno de tus pulmones, lo cual no te permitía respirar bien.

Me levanté de mi cama como si un rayo me hubiera caído, salí de mi casa y corrí lo más rápido que pude, esperando llegar a tiempo para impedir que te fueras para siempre, que ya no hubiera un "¡Hasta mañana!"; pero ya lo sabía, sabía que te fuiste, pero era algo que no quería creer.

Cuando llegué, Kei estaba en la puerta. Me vio correr lo más rápido que podía y me detuvo.

-¡Suéltame! ¡Tengo que ir con ella! - pronuncié con lágrimas en mis ojos, y seguía repitiéndolo una y otra vez.

-Kenta... ella ya se fue. Yo tampoco la quería dejar ir, pero se fue... - hizo una pequeña pausa — pero es algo que tenemos que afrontar aunque no queramos — él me abrazó fuerte, se notaban las lágrimas que caían por sus mejillas, sus ojos inchados y rojos, y en ese momento supe que, él había sido el que la vio morir.

[...]

No tenía el valor para ir a tu funeral, pero lo tenía que hacer. Tenía que decirte un último adiós, aunque sabía que iba a haber un "¡Hasta mañana!".

Vi cómo te enterraban, debajo de un árbol con flores moradas. Dejé en tu tumba tulipanes naranjas, tus favoritos, Kisho dejó una caja de metal que decia "nuestra historia en una caja", Kei dejó tu peluche favorito (el cual era un gatito negro), tus tíos dejaron rosas blancas.

[...]

Los días pasaron, lenta y dolorosamente, y yo no paraba de visitar tu tumba, para hablar contigo, esperando a que de la nada aparecieras , me respondiera y me dieras un abrazo.

Fui todos los días después de clases para sentir que estaba aún contigo.

-Yuki, ya no puedo seguir así - pronuncié apoyado detrás de tu tumba. - Si sigo así, moriré contigo también - pronuncié con mi voz apagada. - Prometo por el sol y la luna que en tu cumpleaños, ataré una carta a un globo y lo dejaré ir hasta el cielo, así, podrás ver lo que aún te sigo extrañando y que vendré a visitarte todos los fines de semana.

Y así fue, fui todos los fines de semana que pude, le envié las cartas y sigo haciéndolo, porque ella siempre será mi mejor amiga y, mi primer amor.

fin




te lo prometo por el sol y la luna [editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora