Jamás entendería como es que había terminado en una situación como esa.
Si bien Choi Soobin jamás tuvo una vida precisamente normal, era un joven tranquilo que ansiaba vivir una adolescencia tranquila dentro de lo posible, pero parecía que simplemente él no estaba hecho para eso.
Tal vez era su constante necesidad inconsciente de estar en problemas.
Tal vez solo era una mala broma de parte de Dios si es que realmente existía.
O tal vez fue que dejó de importarle todo cuando se permitió caer en picada persiguiendo esa aura peligrosa y ojos oscuros que siempre le habían infundido terror.
No reconocería que tal vez la respuesta a todas sus dudas tenía nombre y apellido.
Choi Yeonjun.
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Soobin se quedaba hasta tarde en la preparatoria ofreciendo tutorías pagadas a otros alumnos. Era bueno para su expediente escolar, su solicitud universitaria, y además necesitaba el dinero extra.
Esa tarde todo parecía ser tan normal como siempre. Terminó con su último asesorado y fue con la secretaria para recoger el expediente del nuevo alumno que, según le notificaron, le sería asignado.
—Buenas tardes, señora Hye— saludó el rubio con una sonrisa amable mostrando sus adorables hoyuelos —Hola Soobin, ¿Vienes por el expediente?— el chico asintió varias veces mientras Shirai Hye se encargaba de imprimir y acomodar todo en una carpeta amarilla —Esta será una asesoría especial, Soobin, te la pagará directamente la escuela— informó y entregó las hojas al chico.
—¿Y eso? —Creo que es un caso especial, un chico becado o algo así, le retirarán otros privilegios para pagar las asesorías y mantener su matrícula en la escuela.
Soobin se quedó helado al ver el nombre y foto en el expediente que estaba leyendo —Disculpe, señora Hye...— tragó saliva con fuerza —¿No hay nadie más que se pueda encargar de él?— preguntó inseguro y captando la atención de la secretaria —Eres el mejor tutor entre los postulados, y ese chico necesitará mucho apoyo, es por eso que te lo asignaron— alzó una ceja —¿Por qué?, ¿Pasa algo?—.
Nada, solo que este chico lleva haciéndome la vida imposible desde hace un año.
Esa seguramente era una buena oportunidad para denunciar a su matón personal. Si su situación era la que Hye decía, entonces le retirarían la beca enseguida por mala conducta y sería echado de la escuela.
Pero sabía que no podría huir de él fuera de la preparatoria después de provocar una cosa como esa, y la realidad era que Soobin era demasiado cobarde como para enfrentarse a Choi Yeonjun.
—Nada, solo ví que eran demasiadas materias y me preocupé un poco, pero ya veré yo como ayudarle. Gracias señora Hye— hizo una reverencia antes de guardar la carpeta en su mochila y caminar a paso rápido.
