Mi novia me había pedido un tiempo, y en el momento me sentí mal, pero fue solo eso; un momento.
Creo que fue más por el hecho de que fue tan de repente, siento que estábamos, o al menos yo estaba en la relación por costumbre.
Cinco años de estar juntos, en una relación, y toda la vida de conocernos.
Tarde, pero me di cuenta que lo nuestro era una rutina.
Pero ahora eso no importaba, al menos no tanto como lo que les voy a contar a continuación:El día en que Irene me pidió un tiempo, mi hermana Sammy me negoció habitación, a cambio de ir a devolver los libros a la biblioteca de la universidad.
Después de colgar la llamada en la que mi ex o ex temporal, recogí los libros de mi ahora habitación, y me encamine a la facultad de ciencias del deporte, mi hermana es una gran jugadora de voley.
Estaba con el uniforme de mi universidad, no me había cambiado ni siquiera para la salida con Irene, estudio odontología, Pero conozco bien su facultad.
Entonces me llevo veinticinco minutos en llegar y subir las escaleras, porque el ascensor estaba en reparo.
Nunca he estado en esa biblioteca, por eso, le pregunté a una chica que pasaba, que si era tan amable me indicara hacia donde debía ir.
Cuando encontré la puerta principal, llegué colocar la mano sobre el picaporte, cuando la puerta es abierta del lado de adentro.
Un chico apresurado, al parecer llegaba tarde a clases. Que movido está el día, me dije a mi mismo.
Seguí hacia la recepción, con los libros ya en mis manos, anteriormente los había colocado en mi bolso.
Apoye los libros sobre la mesada, y espere impaciente a decir verdad, a qué alguien me notará.
Agache la vista para lograr sacar la identificación de mi hermana y que no me negaran dejar los libros.
No podía creer que se había atorado en la billetera, estaba tan entretenido, que tarde en sentir el toque en mi hombro.
Levanté la vista un poco deprisa, topandome con un chico pelinegro cara a cara con un chico, nuestros rostros estaban muy cerca, de la impresión tarde un poco en reaccionar. Nos separamos un poco y el habla:
—Estas esperando dejar esos libros—me interroga, haciendo alusión con los ojos a la pila de libros.
—Eh, si. Son de mi hermana realmente, aquí está su identificación—se la entrego, y el rápidamente pasa el QR de la identificación.
Lo observé atentamente, mientras tomaba los libros, los colocaba en los lugares correspondiente, tan rápido, como si llevara mucho tiempo haciendo eso.
A los cinco minutos nuevamente está en la recepción.
—Oh, aún estás aquí—me observa. Si, un estoy separado allí, y ni siquiera se por qué.
—Ah, lo siento, solo me quedé pensando—me excuse, realmente no sabía que hacía—¿Trabajas aquí?.
—No, en realidad soy voluntario, veo que tú no eres de esta facultad—Enfatiso en mi uniforme.
—No, Pero debería, hay gente muy atractiva y amable por estos lados—
Sus mejillas se tornaron de un color rojizo, probablemente por mi comentario, lo había dicho tan natural que no me dí cuenta.
En todo lo que va del día, llevo haciendo y diciendo cosas que no me doy cuenta, pero de las que no me arrepiento, probablemente sea uno de esos días, que marcan un comienzo y un fin.
—Hasta luego...—observe su identificación— Pop.
Me di la vuelta, y antes de cruzar la puerta nuevamente, escucho un llamado, volteo y es Pop quien me llama—No me has dicho tu nombre.
—Lee— contesto y cruzo la puerta hacia las escaleras.
Eso fue interesante, desde luego un día particular.
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PopLee: Mi hermoso bibliotecario.
FanfictionEra sábado por la tarde cuando Lee había quedado de salir con su novia, Irene. Más tarde su celular sonó recibiendo una llamada de su hermana. Sacando su celular del ajustado bolsillo, atendió. -Hola, Sammy- -Hola hermanito, nescesito un favorcito-