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—Padre...—un hilo de voz salió de mi boca.

Mis ojos estaban rojos de tanto llorar, mientras que tomaba con mis manos la mejilla de mi padre, quien estaba acostado en su cama dando sus últimos minutos de vida.

—Elodie...

—Si, padre

Él me mira con una sonrisa.

—Eres muy bonita y fuerte, se que podrás hacerte cargo de este palacio y el pueblo.

Negó con mi cabeza al instante.

—No, puedo hacerlo sin ti.

Toma mi mejilla con su mano.

—Te quiero Elodie, sé fuerte.

Beso su mano mientras mis lágrimas bajan por mis mejillas.

Puedo escuchar como su corazón de mi padre deja de latir, me aferro a su mano con todas mis fuerzas, sollozos salen de mi boca.

Había perdido a mi mamá a los seis años y ahora a mi padre a los quince años, la vida era tan mala conmigo, ahora tendría que gobernar todo un palacio y un pueblo, ese pueblo que tanto amo.

—Elodie.

La voz de mi nana la que me había cuidado desde que nací, se hizo presente.

—Elodie, mi niña, es hora que se lleven al Rey.

Me pongo de pie, alzo un poco mi vestido de color verde, camino hasta la salida para ir hacia mi cuarto.

¿Como iba a gobernar, si yo no sabía como?

Hilo del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora