I'm Not Gay

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Sabía a la perfección que las cosas habían cambiado conforme crecíamos. Su mirada hacia mí ya no reflejaba lo mismo. Antes claramente podía ver admiración pura en esos pequeños y profundos ojos. Pero ahora solo reflejaban el deseo. Deseo puro.

Y no cualquier tipo de deseo. Si no deseo sexual. Veía como retiraba su mirada de mí cuando lo atrapaba.

Me incómoda, vaya que lo hacía. Las primeras veces que lo noté quise pensar que era mí estúpida imaginación. Deseaba que fuera así.

Nunca le mencioné nada, teniendo un deje de esperanza a que no era a mi quien miraba, si no a los chicos del equipo de básquetbol. Dos semanas habían pasado y el se me acercó después de días sin hablar.

Mordía sus labios rosados mientras su pierna se movía. Conversamos de cosas tontas, videojuegos o de sus películas favoritas hasta que el habiente se había tornado incómodo . Carraspee tomando un poco de soda. La cafetería de la escuela se encontraba vacía solamente nosotros y las cocineras estábamos ahí.

-Me gustas Tom- soltó con el rostro fruncido.

Escupí la soda cubriéndome con mi mano evitando mancharlo a él. Reí esperando a que él también lo hiciera pero su ceño se había fruncido.

-Oh... A mi también me gustas- confesé. Sus ojos brillaron- Después de todo somos amigos ¿No?- una línea se formó en sus labios.

-Amigos...- susurró antes de levantarse de un movimiento. Dejándome con la palabra en la boca.

[...]

Las cosas no siguieron del todo normales. Desde que mi mejor amigo me 'confesó' sus sentimientos. Él se había mantenido apartado de mi lado. Un día después de la plática había ido a su casa a recogerlo como todos los días. Esperé por diez minutos frente a su casa, mirando si se asomaba por la ventana. Nada pasó.

Deduje que se quedó dormido y fui a clases, pero verlo frente a la puerta del instituto me extrañó. Busqué una oportunidad en el día para reclamarle que no me avisara. Pero él simplemente me ignoró.

Cuatro días pasaron y las cosas continuaron igual. Con el ignorarme de todas las formas posibles.

No fue hasta que la semana finalizó cuando lo comprendí. Le había dejado en la Friendzone de una manera poco cruel. Era normal que actuara de esa forma.

[...]

Estaba cansado de no poder hablar con él. Mis días eran aburridos sin él. Así que a la tercera semana de nuestra "separación" decidí ir a su casa. Llevaba de todo para que me permitiera la entrada a su hogar. Como lo deduje lo hizo. La plática fluía haciéndome sentir de nuevo cómodo con él a mi lado.

Su ausencia me había afectado.

No pasó mucho tiempo cuando mí corazón tuvo dueña. Verla caminar por los pasillos tan perfecta me hacía sufrir estando lejos de su presencia.

-Necesito un consejo- solté un tanto nervioso.

Estábamos en mí habitación jugando al nuevo Halo en coopérativo. Él asintió sin despegar la mirada de la pantalla, continuando dispersando a los enemigos.

-Me gusta Paige y no sé cómo declararme- confesé. Sintiendo mis orejas calientes.

-¿Y bien? ¿Qué piensas? ¿Debería confesarme en la fiesta de invierno?- hablé de nuevo.

Apretaba los puños en sus rodillas antes de levantarse y tomar su mochila para salir del cuarto. Creí ver lágrimas en sus ojos pero rápidamente lo descarté. Tal vez... Su madre llamó.

[...]

El baile de invierno había llegado y con ello mi declaración. Paige había aceptado ser mi novia ese día, frente a todos los estudiantes.

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