Primer capitulo.

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Había una vez, en una tierra muy lejana, una escuela donde asistían los hijos adolescentes de los más famosos personajes de cuentos los de hadas...






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El cielo estaba nublado, pero el clima estaba cálido.

No podía haber más comodidad en el ambiente para los pobladores. Los niños corrian, gritaban y reían entre sus juegos, mientras que los adultos tomaban fotos de las decoraciones, siempre respetando las rejillas que dejaban la calle libre para los carruajes alegóricos que empezarían a aparecer en poco tiempo.

La multitud generaba un murmullo bajito que en pocas horas se convertiría en gritos de euforia. Todos estaban esperando a que dieran las 7 en punto para que el desfile de carros alegóricos comenzara, y dieran paso al tan ansiado día del Legado.

La tradición dictaba que los hijos de los cuentos de hadas primero tendrían un desfile por las calles de la ciudad, sobre carruajes alegóricos, rumbo a sus destinos. Al finalizar el desfile, se le daba un premio al más hermoso de todos, y después todos iban al jardín real de Ever After High, donde se llevaba a cabo la ceremonia del legado. El día en el que los alumnos recién llegados a Ever after High prometerían seguir el mismo destino de sus padres, un día sumamente importante para todos los hijos de los personajes de los cuentos de hadas, menos para uno en especial.

Debajo de uno de los tantos cerezos que dejaban caer sus tiernas flores sobre la calle, ese chico pálido y de brazos cruzados estaba recargado sobre la madera de un árbol que se encontraba en lo alto de una colina, observando todo el panorama a lo lejos.

Sus cabellos negros se movían junto con el aire, y dejaban a la vista esos resplandecientes ojos color púrpura que a tantos habían atemorizado, incluso cuando él era apenas un niño, menos a una sola persona en todo el reino.

─¿No deberías estar preparando tu carruaje alegórico? ─Reconoció esa voz al instante. No podía tratarse de otra persona.

Hueningkai Bella, iluminando el lugar con su característica aura dorada, apareció caminando en su dirección con lentitud. Él era el único Royal del que Yeonjun Queen no quería huir despavorido.

─Podría preguntarte lo mismo. ─Yeonjun recorrió su mirada hasta clavar sus iris en el rostro de su amigo, topándose con esos ojos zafiro que ya bien conocía.

─Me escapé de mi madre por un rato, ya casi está listo mi carruaje, pero es un trabajo muy pesado. ─Hueningkai caminó hasta colocarse a un lado de su amigo secreto, allí finalmente tomó asiento sobre el pasto verde, y Yeonjun lo siguió, dejándose caer de senton ante su mirada.

─Todo esto es un trabajo pesado, ¿por qué no nacimos como personas normales? ─El pelinegro llevó sus rodillas hasta su pecho, recargando su mentón sobre ellas y abrazándose a si mismo.

Hueningkai rió, sus morales y sus creencias le impedían admitirlo en voz alta, pero a veces él también deseaba haber sido una persona normal. Solía fantasear con la idea de salir a la calle al lado de su amigo, sin temor a que nadie fuera a reprocharles su amistad.

Aún asi, hablar de ese tema le incomodaba, asi que prefirió desviar la conversación.

─Sabes... Debí haber practicado más mi firma, aparecerá "Hueningkai" insípido y sin caligrafía bonita en mi página del libro de cuentos legendarios. ─El pelinegro alzó una ceja mientras escuchaba a su amigo.

─¿En serio, Huening?, ¿esa es tu mayor preocupación?, y... ¿No es irónico que tengas mala caligrafía siendo que tu madre parece máquina de escribir?─Yeonjun comenzó a reír, pero Hueningkai mantuvo su rostro inexpresivo, pues no le hacía gracia.

Happy Ever After. 《   YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora