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Hace catorce años.





El armario olía a violetas, ¿por qué?, él no lo sabía.

Quizás era porque, en secreto, su madre llevaba las flores hasta su habitación, y las restregaba contra su ropa. O, tal vez, la tela olía asi naturalmente.

No, no, él sabía que sus camisetas perdían ese rico olor cuando prácticamente se bañaba en el lodo del jardín.

Oh, ahora que lo pensaba, recuerda que, en una ocasión, vio a una de las sirvientas metiendo un montón de ropa a su armario. ¡Bingo!, quizás las sirvientas eran las que restregaban las flores contra la tela, ¿verdad?

─Yeonjun... ─Escuchó cantar a su madre, y, de pronto, el pequeño niño volvió a la realidad.

El olor a violetas lo estaba abrazando. Su madre y él llevaban un buen rato jugando al escondite, asi que Yeonjun había decidido esconderse dentro de su armario.

Yeonjun siempre se escondía allí. El sol podía entrar a través de las persianas, asi que no le asustaba la oscuridad. También se sentía abrigado con toda su ropa, y el rico olor a lavanda casi lo adormecía. Podría quedarse ahí dentro todo el día, pero debía salir.

─¿Dónde estará Yeonjun? ─Preguntó su madre. El tono juguetón era visible en su voz. Era obvio que la mujer ya sabía dónde se encontraba su hijo.

Cuando las puertas del armario se abrieron, el pelinegro chilló, pero no del susto, sino de la alegría que le dio el ser cargado por su madre.

─¡Aquí estás! ─Dijo su madre, sonriendo mientras lo abrazaba y daba vueltas con él, divirtiéndose al escuchar las risas de su bebé. ─De nuevo gané, mi amor, ¿viste que mamá es una experta jugando al escondite?

Yeonjun arrugó la nariz, y negó con su cabecita mientras acariciaba la larga cabellera negra de su madre.

─Mami siemple hace trampa. ─Dijo, en un fingido tono de enojado.

─¿Cómo?, mamá nunca hace trampa. ─Afirmó la reina malvada, caminando hasta el sofá, que yacía dentro de la habitación de su hijo, pues le pertenecía a él.

Una vez que tomó asiento, dejó a Yeonjun descansar sobre sus muslos. Su bebé tenía el cabello tan largo que ya le llegaba a la cadera, asi que no perdió el tiempo y comenzó a trenzarlo.

─¡Claro que sí! ─Chilló Yeonjun. ─Eles una reina mágica, estoy asegurado de que usas tus poderes para encontalme.

Grimhilde se rió, enternecida por las palabras de su hijo, que, a pesar de tener mucha energía, se notaba ya bastante cansado.

─Tú también tienes poderes, mi amor, ¿te gustaría aprender a usarlos? ─Le preguntó al niño, quién muy gustoso comenzó a asentir.

─¡Sí!, yonyun quiere ser igual de mágico que mamá.

Yeonjun sonrió al recibir un beso en su frente. Él amaba los besos y los abrazos de su madre, amaba tenerla con él todo el tiempo, aunque a veces su mami debía hacer viajes, asi que él debía quedarse solito, siendo atendido por sus sirvientas.

─Vas a serlo, mi amor, ¿sabes por qué? ─Grimhilde miró los ojos morados de su hijo, iguales a los de ella.

─¿Por qué, mami? ─Preguntó el niño, lleno de curiosidad.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Happy Ever After. 《   YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora