¿crees en el destino?
¿En la fuerza del hilo rojo?
Esta leyenda cuenta que dos almas están destinadas a juntarse pase lo que pasé.
Jeon Jungkook es un importante diplomático, no cree en el hilo rojo, le gusta vivir su vida tranquilo y sin complicaci...
-¿Que estabas haciendo?, odio la impuntualidad-Jungkook estaba de muy mal humor por que su hermano no aparecía.
-Hola hermanito, estaba con Jimin dejándolo en su casa.
-No me hables del idiota de tu novio, siéntate y hablemos de trabajo, en unos dias llega un cargamento de armas, será que el señor puede encargarse esta vez de cuidarlo o va estar ocupado con el idiota de su novio.
-No le digas así- se sentó y se sirvió café, -cuenta con eso, yo me encargo.
-Bien- lo miró serio. -Confió en ti hermanito, espero que esta vez cuides mi cargamento, porque si algo le pasa no seré tan amable contigo.
-No me amenaces Jungkook, tranquilo, todo saldrá bien.
-Eso espero, no me gustan los errores, ahora me voy, debo..
-Jefe-llegó uno de los hombres de Yoongi con una persona amarrada, -encontramos a este sujeto espiando, me parece que es uno de los que trabaja con los tailandeses.
-Me lleva la que me trajo-Yoongi llevó una de sus manos a su cabeza, -de verdad uno no puede tomarse un maldito café a gusto porque llegan los problemas.
-Maldita sea- gritó Jungkook y miró al hombre, -¿y los ineptos que se suponen que vigilan donde mierda están? tráelos.
El empleado de Yoongi asintió a la orden y salió corriendo a buscar a los que estaban encargados de la seguridad esa semana.
-Tu te encargas del entrometido y yo de los ineptos de tus empleados, ¿entendido?
-Ok- respondió Yoongi, -pero si son los tailandeses se vienen problemas serios. Ni modo, tan temprano y ya a tocar matar.
-Yo no le tengo miedo a nadie, ni a los tailandeses ni a nadie, y no voy permitir que metan sus narices en nuestra zona.
-Jefe nos mandó a llamar- llegaron algunos hombres con la cabeza gacha-¿en que le servimos?
Jungkook tomó su pistola y sin pensarlo ni un solo segundo disparó. -Ustedes no sirven ni para cuidar un jardín de niños imbéciles, púdranse en el infierno.
Jungkook vio a los cadáveres cerca de sus pies y sonrió. -Que bien me siento luego de matar idiotas como estos- guardó su pistola.
-Muy bien- hablaba Yoongi calmadamente con el espía que estaba amarrado, -vamos de nuevo ¿Qué quieren los tailandeses? ¿Por qué te mandaron?
-¿Que pasa?-Jungkook se acercó, -esta rata no quiere hablar.
-No voy hablar aunque me torturen-gritó el hombre, -nunca arriesgaría a mi familia, mátenme.
-No te voy a matar hasta que..-Yoongi no pudo terminar de hablar porque vio como Jungkook disparó a aquel hombre sin contemplación.
-Maldita sea Jungkook ¿que hiciste?
-Lo maté- miró a su hermano, -el lo pidió, no escuchaste, además yo no tengo paciencia para soportar idiotas, me voy, tu investiga que quería este tipo.
-Claro-lo miró serio, -haces lo que te da la gana y te largas.
-¿Como me estas hablando?, respeta a tu jefe, limpia esto y desaparece los cadáveres, adiós hermanito, nos vemos el lunes, porque pienso divertirme este fin de semana.
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