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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈 ︓ 𝐔ni᥎ᥱr᥉᥆ 𝐃ᥱ᥉ᥴ᥆n᥆ᥴid᥆ ﹒

Apartir de aquí, será narrado
de lo que ocurre con Damian.
En el siguiente episodio será
con jon.

El cuerpo de Damian cae estrepitosamente desde una altura de metro y medio. Dónde para amortiguar su caía era un contenedor de basura de un callejón a medio descuidar.  Infortunadamente este se hallaba cerrado pero un punto a favor es que en el suelo, rodeando dicho basurero, habían bolsas de basura que indicaban reciclaje por la variedad de separación entre estas. Así que cuando cayó, recibiendo primeramente un doloroso choque contra la tapa del contenedor, cayó secundariamente en las bolsas de basura como colchón.

Ante la ataque que anteriormente Lex arrojó en contra de los jovenes héroes, logró herir a Damian. No eran heridas graves pero si considerables como para inhabilitar al chico y dejarle pocas posibilidades de continuar y obligándolo a descansar y recuperar fuerzas.

Sus piernas temblorosas, espalda, hombros y codos apoyaba contra el contenedor mientras hacía el esfuerzo de mantenerse en pie y levantarse, su vista borrosa no le permitía ver con claridad a sus al rededores. Solo musitaba débilmente el nombre de su compañero y amigo kryptoniano.

──Jon... ¿estás ahí?...

Tembloroso y débilmente preguntó al aire en espera de alguna respuesta o alguna señal que indicara que su amigo estaba ahí pero no recibió nada. Un liquido espeso y caliente sentía un costado de su ojo izquierdo y que salía como un río sin restricciones: Era sangre que no dejaba de fluir.

Cuando dió al fin su primer paso, sus cinco sentidos decayeron de pronto y su cuerpo lo sintió tan ligero como una pluma. Sabía lo que iba a ocurrir y solo aceptó el hecho de que iba a desmayarse. Teniendo su vista doble pero viendo duras penas, cayó desplomado contra el piso, no obstante, una silueta hizo acto de presencia. Pero ya no tenía fuerza alguna para poder defenderse u oponer resistencia o siquiera responder... y de ahí, sus ojos cerraron pero antes de eso tenía una angustia incontrolable en su ser que su corazón hablaba por él.

Durante diez largas horas damian estuvo inconsciente. Pero un viento calido le proporcionaba comodidad y es ahí cuando sus ojos se abrían acorde analizaba la situación.