(Re) encuentro

1.4K 196 48
                                    

Jisung tuvo que pensarlo tres veces antes de tocar el timbre de la casa de Minho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jisung tuvo que pensarlo tres veces antes de tocar el timbre de la casa de Minho. La última vez que estuvo ahí, seis años atrás, la situación era muy diferente. Se habían escapado del colegio durante una actividad deportiva, aprovechando el desorden que habría durante un par de horas para que nadie note su ausencia. En un inicio, Jisung se encontraba satisfecho con pasar ese tiempo en algún salón alejado, pero la insistencia de Minho sobre que no le gustaba que sea silencioso lo había llevado a aceptar que lo lleve a casa. Pocas veces lo hacía, de hecho, Jisung se maravillaba de tener a Minho en su habitación cada que quisiera, pero la casa de el pelinegro quedaba a tan solo unas cuadras del colegio, y sabían que debían volver pronto.

Esa noche, sin embargo, la situación era algo diferente. Jisung no sabía con qué cara se supone que tienes que saludar a tu ex amigo con derechos, con el cual no te hablas hace seis años, y encima de todo, está más bueno que nunca. Antes de tener más tiempo para sobrepensar, se armó de valentía y tocó el timbre.

Ya estaba respirando con fuerza cuando un chico abrió la puerta y se le lanzó encima. Jisung se sobresaltó, pero al instante se dio cuenta de que era su mejor amigo del colegio.

— ¡Hasta que por fin te dejas ver, ingrato! — Félix chilló en su oreja, y Jisung tuvo que agarrarlo de los brazos y calmarlo un poco.

— No seas exagerado. No te he visto en, ¿qué, cinco semanas?

— Seis, y me parece una falta de respeto.

— Perdón, el trabajo...

— Ya, ya. Cuánto te apuesto a que sólo te estoy viendo hoy porque babeabas por Minho en el colegio.

Jisung se puso rojo. Si bien Félix y el eran muy cercanos, nunca le había dicho a nadie acerca de lo suyo con Minho. Le daba demasiada vergüenza lo que podía pensar la gente. A ojos de los demás, el siempre había sido un chico correcto, dulce e inocente.

— No inventes, Lix.

— Ya, han pasado seis años, no me lo vas a negar ahora. Si lo mirabas como si fuera una pizza.

Jisung murmuró una grosería y se metió a la casa, a lo que Félix le respondió con una carcajada mientras lo seguía.

Pasó los siguientes minutos saludando a sus amigos y emocionándose por volver a ver a algunos luego de mucho tiempo. Sus ojos vagaban nerviosamente entre los presentes, buscando a Minho sin éxito. Era imposible que no esté, era su casa, pero en hecho de no verlo de inmediato sólo hacía que sus nervios vayan en aumento. Al cabo de un rato, se cansó de sobrepensar y fue a la cocina por un vaso de agua (con lo que se ganó una mirada de intriga de Félix, al decirle que no necesitaba que lo acompañen, que ya sabía dónde estaba).

Jisung aprovechó el separarse de sus amigos para respirar un poco y acomodar su apariencia. No veía a muchos hace ya algunos años, por lo que se había vestido para tratar de impresionar (puede que principalmente a Minho, pero eso era algo que no iba a admitir). Tenía una camiseta sencilla pero linda, de color blanco, descubierta en la espalda junto con unos pantalones ajustados de color negro. Se había maquillado sutilmente, lo suficiente para hacer su mirada más profunda y sus labios más llamativos. Dió una rápida chequeada a su ropa para asegurarse de que todo estuviera en su lugar, y empujó la puerta de la cocina.

Teenage dream - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora