Teenage dream - Minsung

Epílogo (Parte dos)

Minho no podía despegar sus ojos de Jisung. Mientras el estaba concentrado en su porción de red velvet, el mayor de los coreanos lo miraba desde el otro lado de la mesa, con el mentón apoyado en su mano derecha y los ojos reflejando pura adoración.

No podía creer que finalmente era suyo de manera oficial. Sabía que iba a decir que sí, sin embargo, cada día que pasó planeando la sorpresa lo hizo con nervios y esperanza. Lo único que quería era a Jisung en su vida para siempre, y ese primer paso tenía que ser perfecto para demostrarle lo mucho que deseaba esa relación. En pocas semanas se había vuelto su todo. Su vida se había iluminado con la llegada de ese chico de sonrisas tiernas, ojos brillantes y chistes malos. Jisung le había dado todo lo que necesitaba y más, y se sentía pleno, feliz y amado a su lado. No le entraba en la cabeza cómo es que se había enamorado tan profundamente, pero la única certeza que tenía era que lo amaba más de lo que imaginó que era posible amar, y que quería darlo todo para que fuera feliz a su lado.

Jisung se llevó otro trozo de torta a la boca y se balanceó de lado a lado en un pequeño baile de felicidad. Era una gran amante de todo lo que contenga azúcar, y se sentía en las nubes por lo que había sucedido unas horas atrás en el colegio. Luego de eso, Minho lo había llevado a comprar un collar que había visto unos días atrás, pero quería asegurarse de que Jisung estuviera bien con ello. Era una cadena delicada con un pequeño dije en forma de corazón, con una pequeña piedra preciosa por delante y la letra M tallada por atrás. Jisung lo amó desde el momento en el que lo vio, y adoraba más el hecho de que al ponérselo la letra quedaba justo sobre su pecho, cerca a su corazón. Con la compra hecha, Minho lo invitó a comer postres en un lugar que a el menor le había encantado. Jisung estaba perplejo con la cantidad de detalles que su ahora novio estaba teniendo con el, y su estómago se llenaba de mariposas al pensar en lo mucho que amaba a ese hombre.

Dejó los cubiertos sobre la mesa y levantó el rostro. Se encontró con la mirada fija de Minho, quien, al ser atrapado, se ruborizó y bajó la mirada con una risa.

— ¿Qué? — cuestionó Jisung con una sonrisa.

— No puedo dejar de mirarte, perdón. No me creo que seas real.

Fue el turno de Jisung de sonrojarse. Bajó la mirada y estiró su mano para alcanzar la de Minho.

— No digas esas cosas.

— ¿Por qué? Son verdad.

— Porque me pones nervioso y eso no es bueno.

— ¿Ah, no? — Minho no disminuyó la intensidad de su mirada. Jisung se puso más rojo aún y bajó el rostro por completo.

— No si quieres que me comporte en público.

Minho rio suave y jaló despacio su mano.

— Ven aquí, déjame darte un beso.

El menor se incorporó ligeramente para inclinarse sobre la mesa y dejar que Minho alcance sus labios. Fue un beso dulce y casto, ambos se separaron con una sonrisa en los labios.