Otro miserable dia en mi vida, si, otro dia que esperaba que todo sea una pesadilla. Llevaba 3 meses desde que Edward se fue y nada habia cambiado, mi dolor seguia hundiendome cada vez mas, las pesadillas seguian atormentandome por las noches y cada dia me sentia mas sola. Mi vida ya no tenia sentido, Edward habia dejado una marca tan honda que estaba clavada en mi alma. Todos los dias eran monotonos, tristes y sin sentido, hasta que un dia Charlie se harto.
-Muy bien, se acabo-dijo Charlie con tono firme.
-Que..?
-Te iras a Jacksonville con tu madre
-No me ire de Forks-respondi rápidamente.
-Bella... él no volvera
-lo sé
-Es que no es normal..tu comportamiento, con franqueza me esta asustando mucho y a tu madre-lo sabia, esto me estaba sobrepasando y ya no podia ocultar de él-bella, no quiero que te vallas, no quiero, pero.. creo que debes ir a Jacksonville, has nuevos amigos
-me gustan mis viejos amigos-dije rápidamente
-ni siquiera los ves
-claro que si-era una mentira, lo sabia yo y lo sabía él- yo...-pense en seguir la mentira, decir algo asi como que saldría con Jessica, pero al ver los ojos tristes de Charlie no pude mentirle mas.
-Bella, te hara bien distraerte, si quieres puedes ir por una temporada y luego volver..-me puso una mano en mi hombro con cariño-cuando te sientas preparada, cuando te sientas bien, puedes volver y seguir tu vida aqui, pero mientras ve a descansar de todo con René.. esta bien?-me dijo con una sonrisa triste.
-Esta bien papá-no era lo que queria, pero tenia razon, ademas que no podia seguir atormentadolo con mis problemas y sus enormes ojeras me recordaban visiblemente que él ya me habia ayudado lo suficientemente, era tiempo que él también descansara.
Mi traslado fue rapido y no me dio tiempo de despedirme de nadie, aunque más bien no queria enfrentar las miradas juzgadoras de nadie, por lo que solo unos dos dias antes de mi viaje falte a clases para empezar a empacar. Pero con cada cosa que guardaba, ordenaba o botaba me recordaban a Edward, toda mi habitación estaba aun impregnada de su esencia, no habia olor, no se trataba de eso, pero era algo intangible que me hacia sentirlo aun allí, como si con estar alli y tener mis cosas de siempre pudiera sentirlo, quizas me estaba volviendo loca, no lo sabia con exactitud, pero dolia y lo demostraba con las múltiples lagrimas que me dificultaban seguir empacando.
Y finalmente el dia de viaje a Jacksonville llego, no hubo aviso de nadie, ni despedidas, ni recuerdos, ni nada, solo un fuerte abrazo y unas palabras casi inentiligibles de Charlie debido a su voz quebrada y un silencio triste. Quise decirle que estaria bien, dejarlo con tranquilidad en su corazón, pero no tenia aquella seguridad ni en mi misma y menos podria darsela a alguien mas, asi que tome el avión con una pequeña sonrisa esperando que ese gesto lo calmara y que quizas algun dia volver diciendole que esta decisión habia valido totalmente la pena, él me hizo un gesto con la mano y luego entre al avion pudiendo soltar las pequeñas lagrimas contenidas.
Tome mi asiento junto a la ventana, esperaba que el viaje fuera tranquilo, aunque también esperaba no llegar tan pronto para poder prepararme mentalmente para otro par de ojos mirándome con lastima.
Me puse mis audífonos y cerre lentamente mis ojos esperando solo relajarme por el resto del camino, pero mi relajo solo duro unos minutos ya que alguien llamo mi atencion al jalar mi muñeca rápidamente, haciéndome abrir mis ojos con una pequeña queja, que a los segundos se transformo en terror.
-Hola Bella..-dijo un hombre moreno que me miraba sonriente sentado a mi lado mostrandome sus brillantes colmillos, era Laurent.
