El Amor después de "él amor"

Génesis

30/12/1999

El principio de todo.

Vine a este mundo tras una concepción mitad deseada, mitad obligada. Quizá en esta primer frase podríamos plantear toda la historia, pero de todos modos, déjenme desarrollarla.
Mi madre, una viuda con un pequeño niño de 5 años estaba a punto de ser madre por segunda vez en su vida, su primer hijo fue fruto de un amor inconmensurable, intenso, arrollador pero desgarradoramente breve, pues 15 días antes de que su primogénito llorara por primera vez, Gustavo, el padre de mi hermano, dio un último suspiro tras una larga y dolorosa lucha contra el Cáncer.
Mi padre por otro lado, siempre fue un hombre con pensamientos caóticos sobre la existencia, pocos instantes de esta vida lo hacían feliz, por naturaleza y elección, el drama y los despojos del alma, eran parte de su cotidianidad. "No quiero ser padre, el mundo se va a terminar en el 2001" dijo alguna vez, pero mi madre, en búsqueda de la familia que alguna vez añoro, hizo oídos sordos y decidió buscarme de todos modos. Mitad deseada, mitad obligada.

Crecí en esta familia poco tradicional que desde antes de mi, venía dañada, no recuerdo un solo día de mi infancia en la que haya creído que mis padres se amaban, sin embargo, a pesar de todo, la primer parte de esta infancia se vio rodeada de música, danza, juegos, obras de teatro, risas en familia y amor, mucho amor.
La segunda parte de mi infancia se rodeo de confusión,  desolación, depresión, medicamentos psiquiátricos, tribunales, abogados, psicólogos y psiquiatras.

APOCALIPSIS I.

Tenía casi 8 años cuando los términos "abuso sexual" y "pedofilia" entraron en mi radar, dándole explicación a todas esas cosas que el hermano de mi mamá me hacía pero yo no podía contar. No me malinterpreten, fui una niña super cuidada y amada, pero el monstruo existe, y se esconde incluso en personas de las que jamás llegaríamos a dudar. Como una madre puede dudar de su propia hermano, de su propia sangre? A caso no se nos enseña que la familia es siempre nuestro lugar seguro para recurrir?. Bueno... no.
Ese día esta grabado en mi memoria, el antes y el después.
Antes: risas, mates
Despues: mamá llorando desconsolada golpeando las paredes del pasillo.

Para ese entonces papá ya no estaba en casa, pues al no haber amor, todo cayó por su propio peso, sin embargo, seguíamos siendo una familia relativamente feliz, hasta ese día.

Mis padres hicieron lo que todo padre debería hacer,  recurrir a la justicia, denunciar, incluso cuando en aquel momento, no era algo común, pues muchos escondían los trapos sucios bajo la alfombra, y así arrumbraban almas pequeñitas en un silencio tortuoso para no exponer familias enteras al famoso "qué dirán".

Mi familia no estuvo excenta de este tipo de personas, pues de un día al otro,  mamá ya no tenía familia, y yo no tenía ni abuela, ni tía, ni tíos, huyeron despavoridos de la llama de la verdad, buscando tapar y justificar los rincones más oscuros de nuestra historia familiar.

Mi tío fue a prisión, 8 años fue el precio que la "Justicia" le dio a mi inocencia.

Pero yo perdí mucho más que eso, mi familia perdió mucho más, perdieron el brillo,  la alegría, la cordura, la música ya no se escuchaba como antes, guardamos los juegos arriba del placard, y el telón de nuestras obras de teatro se bajo por completo.

Fue un proceso largo de remontar, y mi culpa por hablar me anuló emocionalmente por completo, fueron años de fingir ser fuerte porque sentía que si me desmoronaba todo ese esfuerzo que mis padres hicieron por salir adelante iba a ser desperdiciado.

No fue hasta los 14 que con la preadolesencia llegaron las consecuencias,  tanto dolor guardado dentro exploto de la peor manera, comencé a lastimarme, aislarme, y enojarme con el mundo.

Para mis 15 años vivía en un mundo en el que no quería vivir solo para no generarle más dolor al resto. Y fue en ese contexto,  en el que lo conocí a él.

"ÉL AMOR".