"Él" amor.

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Corría el mes de septiembre del 2015 cuando mi madre golpeó la puerta de mi habitación y rápidamente me enfunde en mi campera verde tapando el desastre que había hecho con mis pobres brazos.
-Brian esta en la puerta con otro chico más.
Eran casi las 21:00hs y mi mejor amigo estaba ahí sin previo aviso. Camine a la puerta con los ojos hinchados y vidriosos, acomodando mi campera,puse un pie en la vereda y cuando levante la mirada una extraña sensación me recorrió desde la punta de los pies hasta la cabeza. Ahí estaba él, con su remera naranja y su cara sería, créanme no estaba ahí por voluntad propia, el chico ni si quiera me conocía,  había sido arrastrado en contra de su voluntad por la fuerza de Brian, mi amigo.
No tengo mucho para decir de ese primer día, solo que mi piel se erizo en el momento en el que me dijo que mis manos eran pequeñas y las comparo con las suyas, que mi corazón parecía correr peligro en el momento en el que me miró y me sonrió por primera vez, sentí estallar cuando me abrazo de la nada y simplemente, como si no fuera nada, me dijo
-sos muy linda para estar triste.
-no estoy triste
- se te nota en la mirada.
Poco recuerdo de mi mejor amigo en ese momento, nada más parecía importar,  solo él y yo.
Es casi una contradicción a la vida misma, pues dicen que el amor no se encuentra en la puerta de casa, y sin embargo, ahí estaba.
Días después comenzamos a hablar, las horas no nos alcanzaban para conocernos, comenzamos a vernos, y al poco tiempo, me pidió ser su novia. Todo parecía salido de un cuento de hadas, desde que el apareció, las palabras bonitas no faltaron, sus brazos cuando la tristeza me invadían se transformaban en mi bote salvavidas, y así,  de a poquito, ese chico de ojos marrones y largas pestañas, se convirtió en mi razón de vivir.

Seguía triste, no me malinterpreten, la vida no se solucionó con el, y el daño que ya estaba hecho, no podía ser reparado, algo particular de la salud mental, es que solemos confundir el bienestar con felicidad, y son dos cosas diferentes. Las primeras crisis llegaron al poco tiempo, empecé a perder el control de mi misma, recuerdo romper en llanto hecha un bollito, cual niña pequeña en sus brazos después de golpear todo lo que se me pusiera en frente, los gritos desgarradores resonaban en casa con frecuencia y a mamá le costaba cada vez más lidiar con una hija rota. El amor me "equilibraba" su presencia me calmaba, me hacía sentir tranquila, protegida, cuidada. Era extremadamente embriagador el sonido de su voz cuando me decía que me amaba. Como podría sobrevivir sin él? Cuando era la única cura a este mal que ardía en mi interior.
Me pidió que dejara de lastimarme y lo hice por él. Funcionó un tiempo, pero un día los recuerdos inundaron mi mente y fue demasiado, sucumbi en la tentación, y cuando el lo vio, se enojo conmigo.
- Hasta cuando tenes pensado vivir esta vida de mierda?
- Me prometiste que lo ibas a dejar de hacer y rompiste tu promesa.
Esa misma semana discutí con mi mamá,  me encerré en mi habitación y tome una cantidad inexplicable de pastillas que por suerte mi cuerpo rechazó. Al otro día, me estaban internado en un centro de salud mental, y mi amado, no estaba ahí para consolarme.

Vino a visitarme y me recordó lo mucho que me amaba, me acompaño en el proceso y volvimos a casa... no fue hasta un mes más tarde, que la noticia más dura se hizo presente.
- El segundo fin de semana que estuviste internada Él te engaño con malena, se siguen hablando hasta el día de hoy y dice que esta con vos por pena.

Apocalipsis II.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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