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"The little angel"

La pequeña Visenya nació un día soleado, en el que los dragones daban la ilusión de que cantaban al compás de los gritos de la reina Alicent, naciendo así una niña de rasgos Valyrios puros, sin duda una Targaryen

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La pequeña Visenya nació un día soleado, en el que los dragones daban la ilusión de que cantaban al compás de los gritos de la reina Alicent, naciendo así una niña de rasgos Valyrios puros, sin duda una Targaryen.

Pero el rey no estuvo allí en el momento del nacimiento de la pequeña princesa, este estaba muy ocupado ayudando a su nieto Jacaerys a mejorar su valyrio, sin acudir a los constantes llamados de la reina para ver a su ahora nueva pequeña princesa.

Desde ese día, la reina Alicent se dio cuenta de cómo eran las cosas, sus pequeños siempre iban a ser un cero a la izquierda en comparación a la familia de Rhaenyra, la que solía ser su mejor amiga. Siempre estaban primero sus nietos, sus asuntos e incluso los problemas más sencillos de resolver eran una gran montaña de preocupación para el rey, siempre ayudándoles.

La reina tuvo que entender su lugar, como reina, y como madre, sin cuestionar a su esposo con palabras pero su mirada decía todo lo que sentía y pensaba sobre eso. Sus hijos siempre serían su mayor tesoro y aunque no lo admitiera en voz alta, Visenya era su favorita, veía en ella una guerrera, una princesa destinada a grandes cosas, no como ella, obligada a casarse a temprana edad, y por más que ahora si quiera a su marido, en el momento en que se casó, no sentía nada más que dolor y rechazo hacia este.











Los años pasaron y la pequeña princesa ya tenía los 5 días del nombre, para ella no era más que un día en el que solo sus hermanos, su madre, y su abuelo se acordarían, su padre estaba muy ocupado educando personalmente a su nieto Jacaerys de 10 días del nombre.
No obstante ella quería verlo para ver si así se acordaba de aquella fecha tan importante del que ya su familia hablaba.

—Padre, si no es mucha molestia me gustaría visitarte y pasar el tiempo contigo, en especial en este día—dijo la pequeña niña de rizos platinados, con un toque de ilusión en su voz.
El rey viéndola y con un intento de sonrisa se acerca a ella.

—Visenya, estoy ocupado con Jacaerys, el futuro rey de todo esto, no puedo pasar tiempo para escuchar tus cosas, tengo cosas más importantes de las que ocuparme—dijo el rey avanzando hacia su nieto, mirándolo con orgullo.
—Un día el heredará todo esto, y estoy seguro que será uno de los mejores reyes que haya existido—mirando a su nieto y sonriéndole con orgullo.

Jacaerys viendo a su tía Visenya, puedo sentir un poco de la tristeza que esta reflejó al escuchar las palabras de su abuelo, pero sabía que ella sería igual a sus tíos y a su madre, ahora podría parecer dulce, pero creciendo con esas serpientes, no tardaría en convertirse en una más en contra de su madre Rhaenyra y su familia.

—Está bien mi rey, disfrute de su día—dijo la pequeña princesa con tristeza, y antes de salir de la puerta, se dirigió a su sobrino—Usted también pase un buen día príncipe, me retiro.—la pequeña princesa hizo una reverencia y salió de los aposentos de su padre, con un sentimiento de tristeza pero sin estar sorprendida por lo sucedido.









Al ser aún una pequeña niña e intentando llamar la atención de su padre, no vio otra mejor idea que hacer una travesura que dejara de lado a su sobrino mayor Jacaerys y así su padre pueda prestar atención a la dulce niña que nunca se dignó a darle el amor y cariño que esta se merecía.

Visenya salió de sus aposentos en dirección al jardín privado, cuando llegó, divisó una pequeña araña roja y un gusano. Con cuidado, la pequeña princesa los puso en la cesta que ella personalmente había llevado, siendo seguida por Sir Criston Cole, quien era uno de los mejores guardias de todo palacio, y muy unido a la pequeña, el mencionado, no comentó nada respecto a la acción de la pequeña, pero regresó a la princesa a sus aposentos con una duda creciente sobre para que los utilizaría, aunque lo más probable era que fueran para su hermana la princesa Helaena, debido a su gusto por los pequeños insectos de tierra.

Lo que la princesa tenía planeado era dejar aquellos insectos debajo de la almohada del príncipe, así se asustara y no fuera a visitar a su padre esa mañana, y así ella pueda pasar una mañana tranquila con su padre.

Con el plan en marcha, fue por los pasadizos del castillo (cortesía de su hermano Aegon) llegó hasta la habitación del príncipe, hasta que no se aseguró de que no hubiera nadie en la habitación, entró a la habitación sigilosamente hasta dejar los insectos debajo de la almohada y salir corriendo lo más rápido posible devuelta hacia el pasadizo.

La princesa volvió echando risas por los pasadizos hasta sus aposentos, y fingir que siempre estuvo ahí, después de que vinieran a bañarla, vestirla con bello vestido blanco con detalles rosas, y con una media trenza que dejaba sus rizos al aire. La princesa fue en busca de su padre para desayunar con el.
























El príncipe Jacaerys sin saber de lo que su tía tenía planeado, volvió a sus aposentos para poder echarse un poco más antes de ir a ver a su abuelo. Un dolor punzante recibió al poner su mano debajo de la almohada, queriendo saber el porqué de ese dolor, levantó la almohada, viendo una araña allí, solo estaba la araña, el gusano ya estaría por algún lado de la habitación ya que no estaba allí.

Llamó a un maestre urgente debido al dolor, el plan de la princesa había funcionado, el príncipe no la podría culpar de aquello ya que no sabía que había sido ella, pero debido a el dolor de la picadura de la araña el príncipe tuvo que estar en sus aposentos durante todo el día.

El rey al enterarse de lo sucedido prefirió dejar a la princesa en sus aposentos con una cara triste.

—Padre. ¿No va a pasar la mañana conmigo?— dijo la pequeña princesita mirando a su padre con una cara de pura tristeza.

—Visenya, no estoy de humor para escucharte, el príncipe está en sus aposentos siendo atendido por los maestres, no estoy para escuchar tus historias— dijo el rey con cierta molestia al escuchar a su vástago preguntándole lo mismo una y otra vez.

—Pero padre, yo soy tu hija, nunca pasas tiempo conmigo— dijo de nuevo la princesa queriendo hacer entrar en razón a su padre.

—Basta, no quiero volver a verte durante este día Visenya, vete a tus aposentos.—dictaminó así el rey a la pequeña princesa.

Desde ese día Visenya entendió que nunca tendría la atención de su padre si no se esforzaba en ser la mejor en todo lo que haga, aún siendo muy pequeña, empezó a pasar todas las tardes en la biblioteca con su hermano Aemond para así ser una dama culta.
Tendría clases de bordado con su madre y su hermana, escribiría, pintaría, y haría todo lo que ella creía que la haría destacar frente a su padre.



Así pasarían los años, siempre con esa rutina, hasta que...




Así pasarían los años, siempre con esa rutina, hasta que

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Así se ve Jacaerys en el capítulo












Holaa, espero les haya gustado el primer capítulo, ya veremos que más va pasando con estos dos en el siguiente capítulo.

Jacaerys y Visenya se llevan 8 años en la historia, por eso Jacaerys se ve más mayor.




Un beso.

M . E

Love or DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora