Una ayudita

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Los cinco furiosos llegaron a dicho restaurante, encontrándose con el lugar muy lleno, apenas podían ver al Sr. Ping y Zeng, discutiendo en la mesa 4.

-¡Nooo! -Zeng gritó dramáticamente -¡¿Cómo que descontinuaste los tallarines picantes?!, eran mis favoritos.

-Comerás y te gustarán las que hay, ¡lacayo! - el Sr Ping comentó molesto ante su actitud teatrera, y le puso en su mesa el tazón de tallarines.

Se sentía agobiado, era él único que tenía que cocinar, atender, limpiar, lo peor, soportar a la impaciente clientela.

Mas no todo era malo, cambió su ceño fruncido al ver entrar a los cinco furiosos y al guerrero dragón.

-Hola pa-Saludó Po, metiendo la barriga, apenas podía pasar-.¿Tendrás algunos puestos libres para mis amigos y yo?

-¡Hijo! -el señor Ping no ocultó su emoción, abrió un camino entre la multitud y se abalanzó hacia la barriga de Po -. No sabes cuanto me alegra verte. ¡pensé que te habías ido de China!

-Papá, te visité al amanecer, no pasó tanto tiempo.

Po se sentía apenado por el comportamiento de su papá, no quería que actuase así en frente de sus amigos.

-Para mí se sintió como una eternidad, oh y veo que trajiste a tus amigos, ¡bienvenidos!

-Sr.Ping -Saludó Tigresa con cortesía

-¡Este lugar está mas lleno que la boca de Po comiendo panes de frijol! -Expresó Mantis asombrado.

Se escuchó desde lejos como algunos platos se rompían.

-Paciencia, paciencia. . .-El ganso se dijo a él mismo, aguantando la ira, algunos clientes eran difíciles de tolerar.

Po sintió lástima por su padre, era uno de esos días que el estrés irrumpió el sosegado restaurante, entonces comprendió que no era un buen momento.

-Estas muy ocupado papá, lo entiendo, vendremos en otro. . .

-¿Puedo ayudarle Sr.Ping? -preguntó Víbora con amabilidad-. Nosotros no estamos ocupados.

Ella no quería que el padre de su ser querido estuviera lidiando con tanto trabajo, si podía hacer algo para ayudarlo lo haría con gusto.

-No es mala idea -comentó tigresa tranquilamente.

-Este. . .-el ganso estaba dudoso, se rascó el cuello y miró hacia la multitud y a Po al mismo tiempo.

-Vamos Sr.Ping, nos gustaría ayudar -Grulla agregó-. Fui conserje, soy bastante bueno limpiando.

-¡Podemos mezclar nuestras habilidades de kung fu para ayudarlo!- Dijo Mono entusiasmado, con una actitud decidida

-¡Nada de Kung fu en mí restaurante! -El Sr.Ping estaba imaginando la destrucción que ocasionarían al usar sus golpes de combate.

-No vamos a causar estragos, es solo que, creemos que podría necesitar ayuda -Tigresa señaló a la multitud, dando a entender lo obvio del problema.

-Si papá, ¡son maravillosamente bárbaros!, ellos fueron los que me ayudaron a preparar la mesa para el banquete de invierno, quedó perfecto, y usaron movimientos de kung fu para hacerlo.

-Hmmm, no estoy seguro. . .

-¡Vamos papá, di que sí!

El Sr Ping estaba analizando minuciosamente, pero no tenía tiempo de analizar, la clientela cada vez estaba frenética de impaciencia.

-¡Esta bien está bien!, ¡rápido! entren antes que se los coman a ustedes.

Y así fueron, veloz como un rayo, todos dieron su granito de arena para ayudar, Grulla para la limpieza, Tigresa anotando las ordenes de los clientes, Mono y Mantis para servir los platos, por último Po y Víbora para cocinar con Ping.

¿Accidente o Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora