00.

662 91 74
                                    


Busan, Corea del Sur.

¿Alguna vez has sentido la necesidad enorme de destruirle la vida a quien dañó la tuya? Pues entre el bien y el mal, no hay un punto medio; se sabe que es como vivir en el limbo entre saber si tus acciones te llevan al lado correcto o al mismísimo infierno.

Por eso Jeon se cansó de hacer las cosas como Dios manda.

Contemplando el maravilloso cielo grisáceo deprimente, en aquel magnífico ventanal del más fino cristal y mucho más alto que un jodido elefante, el alfa observó con la mayor dedicación posible el llanto abundante de las esponjosas nubes congeladas. Solían recordarle con melancolía épocas muy oscuras de su pasado..., un pasado que ni loco repetiría.

Click, click, click.

El cantar de los cubos de hielo en el vaso con whisky irlandés que bebía lo mantenían con los pies en la tierra. Y no era como si disociar fuera lo suyo, porque no lo era; pero en momentos de soledad, se permitía caer un poco en ello..., aunque bien sabía que ni en su traicionera sombra podía confiar.

Y justo en un pestañeo, la puerta de su despacho se abrió con poca discreción.

— Me parece una jodida falta de respeto que estés bebiéndote el puto whisky irlandés sin mí.

A veces..., Taehyung no solía respetar los momentos privados de los demás.

Jeon bufó en una ladina sonrisa, el aro que abrazaba su pomposo labio inferior tintineó con sus dientes y a su vez, dio un frío sorbo del alcohol. Saboreando con victoria la bebida mientras esta danzaba envidiosa por su garganta.

Y al terminar, carraspeó suavemente.

— Hombre, no sabía que a los niños les gusta el alcohol diseñado para hombres.

Jeongguk se giró con tranquilidad, caminando hacia el pequeño minibar dentro del despacho, el sonido de las pisadas hacían eco en toda la oficina junto con el llanto del cielo.

Taehyung se echó una carcajada de puro gusto ¡Qué elocuente era Jeon! Justo como para darle una patada en el culo y hacerle tragarse sus palabras.

— Está maravilloso el día como para que empieces a tocarme las pelotas, hermano.

Jeongguk, preparando un segundo vaso de whisky para su inesperado invitado, arqueó una ceja entre pequeñas risillas profundas.

— ¿Ahora sí soy tu hermano?

Taehyung se echó en el sillón despreocupadamente, echando sus rulos pelinegros hacia atrás.

— Siempre lo has sido, pero el trabajo no nos permite hablar así y lo sabes, pedazo de llorón.

Jeon fijó la mirada frívola en su hermano, sin mover un solo músculo, suspiró cansino. Tomó ambos vasos renovados con alcohol y caminó hasta sentarse frente al alfa, extendiéndole su bebida.

— Bueno, en ese caso sabes que debes respetar a tu hermano mayor, Taehyung; no me vayas a agarrar un día con las venas hinchadas.

El menor de los alfas, arqueó una ceja y rió sin pizca de gracia.

— ¿Así de aburrido eres? ¡Hombre, necesitas algún omega urgentemente!

VENDETTA • KOOKMIN OMEGAVERSE FANFIC. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora