1. ¿Qué pasó?

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Mi nombre es Maria, pero me dicen Mery. La historia que voy a contarles me lleva a mis 18 años, último año de colegio...

Flashback.

Hace exactamente 12 días decidí ponerle fin a la relación más importante y tóxica que tuve.

Mi novio... digo mi ex novio se llama Matias. Estuvimos juntos un año, y fue el año más intenso y oscuro de mi vida. No se asusten, no fue nada diferente a la típica relación tóxica adolescente.

Las pongo en contexto para que me conozcan un poco, y no les voy a mentir, también para sentirme un poco justificada por lo que viene más adelante...

Conocí a Matias en una fiesta, mi mejor amigo es muy amigo suyo así que nos presentó.
En esa fiesta nos besamos por primera vez. Resultó que vivía a la vuelta de mi casa, y lo que siguió fue que empezamos a vernos casi todos los días.
Me esperaba a la salida del colegio y salíamos a pasear, o nos juntábamos en su casa, ya que era el único lugar donde teníamos privacidad, en la mía no.

Nos divertíamos mucho...

Compartíamos el mismo entorno, lo que al principio era bueno porque nos encontrábamos en todos lados, pero después se convirtió en parte del problema.

Matias no era un mal chico, pero además de tener la inmadurez típica en un chico de su edad, tenía actitudes muy feas que ya no justifico con la inmadurez, van con la educación.

Sabía que tenía una relación conflictiva con su familia, y no tenía comunicación alguna con sus padres, lo que lógicamente dificulta que un chico sin experiencia en el amor pueda aprender de sus errores, sin tener a nadie con quien hablar.

Por mi parte yo era lo contrario. Soy muy sincera, no tolero la mentira. Siempre fui fiel, e inocente por ese entonces.

Siempre tuve una excelente relación con mis padres, y ellos me habían inculcado valores que no podía evitar tener muy presentes. Jamás habría nacido de mi hacer algo que pudiera afectar mi relación.

Él por su parte empezó con las mentiras... Y yo lo perdoné. Me ocultaba cosas, pero lo perdoné. Me enteré que estaba con otras mientras salíamos, pero de alguna manera "entendí" que todavía no teníamos titulo de novios, así que "no era tan grave" a pesar de haber acordado no estar con otros... Entonces lo perdoné. Nos pusimos de novios... y me enteré que estuvo con otra chica, borracho, en alguna fiesta de su grupo del colegio. Me pelee un tiempo, y lo volví a perdonar.

En todo ese tiempo de relación, además de todo lo que les conté, agreguen que su mejor amiga era mi compañera de colegio y estaba enamorada de él, por lo tanto me hacía la vida imposible.

Después de perdonar la última infidelidad se vinieron meses muy duros, estábamos en una relación sin confianza, y con motivos de sobra.

¿Cómo confiar?

¿Alguna vez les pasó que sintieron que estaban permitiendo cosas aún sabiendo que estaba mal? ¿Les pasó de llegar al punto de no querer contarles las cosas a sus amigas, para que no lo odien? Porque sabías que tenían razón, pero también sabías que ibas a seguir igual...

Se preguntarán por qué no lo dejaba... Por qué le perdonaba todo... Bueno, hoy en día creo que la respuesta es que no sólo estaba enamorada de él, me había enamorado de la idea de lo que iba a ser cuando "cambiara", cuando alguno de mis "te perdono" fuera el último y a partir de ahí la relación fuera "ideal".

Porque cuando los problemas que teníamos dejaran de pasar, solo quedaría lo lindo... ¿No?

Que equivocada estaba.

En algún momento llegue a mi límite, para mi propia sorpresa, por más que parecía no tenerlo, lo tuve, y cuando sentí que ya no daba para más, le puse un fin.

Ahora... que entendiera que no era una relación sana no significaba que de un día para el otro dejaría de sentir lo que sentía, porque a pesar de todo, lo amaba. Y ahora... ¿Cómo apago eso?

Yendo a mi caso en particular... ¿Cómo se apaga eso de manera "sana"? Porque yo, sin dudas, ya no era una persona sana. Me había dejado envolver completamente por la toxicidad de mi ex, hasta transformarme en parte de eso, y cuando sentí que crucé el límite y logré alejarme, ya no era la misma.

A partir de ahí cada día se convirtió en tiempo infinito... Me limitaba a llorar, a preguntarme el por qué de las cosas, y a veces también tocaba lo más difícil, la pregunta que sin importar cuánto tratara, no podía responder: ¿Cómo dejar de pensar?

Los días pasaban, y mi vida se limitaba a noches de insomnio, poca atención en clase, angustia...

12 días después llegó la respuesta, pero como les decía, no fue la respuesta sana, fue... la que me salió.

Empecé a mirar mensajes de chicos que me hablaban antes o mientras estaba de novia, y que tenía sin responder.

Sinceramente, eran varios.

Ninguno llamaba mi atención. Seguí mirando, y llegue a un chat: "Fede".

Fede era un chico que conocí por mis amigas cuando tenía unos 15 años, y desde ese momento él había estado enamorado de mi. Quizás de manera tan insistente, que fue por eso que nunca me lo tomé en serio.

Empezó respondiéndome cada historia que subía a mis redes sociales, a veces me hablaba y generalmente era una conversación corta donde yo dejaba de responderle.

Después empezó a aparecer en mis partidos los fines de semana. Ah no les conté, juego al Voley.
Aparecía sin invitación con sus amigos. Un día perdimos y me mandó un mensaje, bastante largo, diciéndome lo bien que había jugado y dándome aliento. Ahí me enteré que iba a verme a mi.

No les voy a mentir, seguía sin interesarme en lo más mínimo, pero en ese momento solo estaba pensando en distraerme, y estaba desesperada por la idea de poder pensar en otro chico que no fuera Matias, así que entre a su perfil de Instagram.

Me sorprendí. Fede estaba muy cambiado. Me llamó la atención, se veía mucho más grande. Tenía la mandíbula definida, pero sin dejar de tener cara de nene... Había cambiado el corte de pelo, y se le notaba la espalda y los brazos más grandes. Si me piden una opinión objetiva no les voy a mentir, era lindo. Si me piden la subjetiva... me importaba una mierda. Quizás era la idea de cómo había sido, lo que hacía que no me interesara. Pero bueno, ya había pasado un año sin verlo.
No salía de la duda, así que hice un screenshot en su perfil y se lo mande a una amiga. En el momento me llego su respuesta.

Cami: "Esta re buenooooooo"
Cami:"Háblale"
Cami: "Ya"

Y eso hice.

Mery: Fede

2 minutos después...

Fede: Hermosa

Su respuesta no fue otra cosa más que lo que esperaba cuando le hablé, pero la sorpresa llegó después, cuando pasaron no sé cuantas horas y seguíamos hablando.

La semana siguió igual. Casi todos los días me llegaba su primer mensaje por la mañana, y el último por la noche.

Fede: Mañana a la noche tendría partido...
Fede: No veo la hora de que me saquen la bota:(

Me había contado que se lesionó en un entrenamiento, y ya habían pasado dos semanas desde que dejó de jugar.

Mery: Bueno tranqui, cuando te quieras acordar ya vas a estar jugando de nuevo

Fede: Me acompañas?

Mery: Entonces invitarme a salir es tu excusa para no ver el partido solo?

Fede: Si...

Mery: ouchh, me siento usada

Fede: jajaja
Fede: En realidad
Fede: No ver el partido solo es la excusa
Fede: Para estar con vos.

El chico que vino despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora